Emigrantes venezolanos con pasaporte a la muerte

Las declaraciones de Bernal  para Últimas Noticias dejan claro que Colombia no es buen destino para los nuestros, aún con los lazos de amistad y familiaridad que siempre han existido, evidenciados con la reciprocidad que nuestros Pueblos han tenido en momentos difíciles, especialmente durante la  larga guerra  vivida  en Colombia, hoy parcialmente superada.  Pero, esos tratos de hermanos en Bolívar no son suficientes para superar la cultura paramilitar que se desarrolló en la frontera, donde  persona en calle, sea cual  fuere su  causa,  es un desechable.  "...Están asesinado a 3 y 4 venezolanos por día en Colombia" dijo Bernal.

Preocupa que algunos que no hayan podido cubrir un hotel de tránsito y hayan sido  catalogados como tales y eliminados. No olvidemos que el Ejército de Liberación Nacional (ELN) se mantiene activo en la frontera con Venezuela y eso  hace que las autodefensas como llaman a los paracos, se activan y “limpian” la zona. También pudiera ser una política disuasiva del gobierno colombiano, asistida por paramilitares,  para generar un “obstáculo por temor”  contra la migración venezolana. Hay todavía gente que cree que la cara de Santos, cuando habla de los venezolanos en Colombia, es sincera. Al gobierno colombiano le angustia que algo de invasión chavista existe en la gente que cruza la frontera.

Pero otro destino, el caso de México, también le rinde frutos al dolor. Allí han sido asesinadas varias mujeres venezolanas, coincidiendo con la conocida forma de maltrato que recibe la mujer  en ese país, y que alarma al mundo. Allí, las redes de tráfico de personas hacen de las suyas  capturando incautas que creen van a tener éxito artístico y terminan en  prostíbulos,  cedidas en préstamo sexual a algunos ricos y políticos; y finalmente, cuando quieren redimirse de esa vida, son eliminadas.

Finalmente, está el caso de Argentina, que siguiendo las pautas de los EEUU, el gobierno  está trabajando  en propuestas de ley para evitar  el acceso a los sistemas de salud a los inmigrantes, y todo se recrudece en la medida que  más venezolanos  están llegando a ese destino. No tener acceso a la salud es una muerte anunciada en caso de trastornos que ameriten un trato médico intensivo.

De manera, que  emigrar en un proyecto que debe tomar en cuenta este nuevo  factor que casi nunca es considerado, porque la forma cruda como Bernal plantea el caso, emigrar sin medir los riesgos es un pasaporte a la muerte.



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Miguel Mora Alviárez

Profesor Titular Jubilado de la UNESR, Asesor Agrícola, ex-asesor de la UBV. Durante más de 15 años estuvo encargado de la Cátedra de Geopolítica Alimentaria, en la UNESR.

 mmora170@yahoo.com

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