En Venezuela, nunca ha existido una política estable sobre calidad de los huevos de consumo humano y tal es el caso que la más simple, la que obedece a cobrar por el tamaño-peso de los huevos, ha sido difícil de implantar. Allí comienza el robo, huevos de gallinas que están empezando la postura, que consumen menos alimentos, más pequeños, se mezclan con huevos de mayor tamaño y se cobra un solo precio, punta y cola, que es aquel que se corresponde a huevos con peso superior a sesenta gramos. De eso son responsables por igual los gobiernos de la IV y de la V República. Sumemos a eso huevos con roturas, manchados con excrementos, disminuidos en calidad culinaria y con riesgo sanitario.
Hasta hace unos 15 días, la entrega de huevos a distribuidores minoristas fue relativamente regular, pero con precios incrementados en cada pedido, hasta que alcanzaron la cifra de Bs 600 mil por cartón al detal. De allí en adelante cada vez hubo más obstrucciones a la entrega de huevos. Eso significa que se deben estar acumulando inventarios por períodos mayores a 10 días, almacenados probablemente en condiciones de alta temperatura y humedad. Los estudios realizados en diversas partes del mundo, donde los controles de la calidad de los huevos son muy estrictos, evidencian que los riesgos de presencia aumentada de Salmonella sp se incrementan progresivamente hasta perder la aptitud para el consumo humano. Igualmente, las proteínas que se encuentran en la clara del huevo pierden su consistencia, y las mediciones realizadas con el micrómetro de Haugh, denotan el aplanamiento completo de la clara y de la yema, con el paso del tiempo de almacenamiento. Esa característica se llama unidades Haugh (honor a Raymond Haugh, quien estudió el fenómeno en1937) y es la que le da a los huevos esa presencia que a veces vemos en las fotos de las vallas de las carreteras, promocionales del consumo que dicen: ¡coma más huevos! Cuando estos dos fenómenos ocurren simultáneamente, aumenta la presencia de Salmonella y decrecen las unidades Haugh, se está en presencia de un alto riesgo alimentario a la salud.
De manera, que los productores de huevos, el primer y segundo intermediario que acaparan huevos, son además de especuladores unos potenciales delincuentes en materia de salud pública.
Evidencie Usted mismo (a) la frescura de los huevos, cuando los abra vierta uno sobre un plato plano, si se desparrama, tiene más de 10 días de almacenamiento. Esos huevos podrían ser vendidos cuando mucho con descuento del 50% del precio que normalmente se paga.
¿Cuál es el juego? La línea de poder económico entre el productor, primer intermediario (familiar o asociado a la empresa) y el segundo intermediario (ajeno a la empresa productora) aspiran cobrar por caja de huevos la cantidad de 12 millones de bolívares por 12 cartones que contiene la caja, incluso se muestran proclives a vender en 14 millones la caja. Ese es un robo público, una burla al Estado y sus instituciones que hacen control, una violación a la Ley de Seguridad y Soberanía Alimentaria, un fraude al consumidor. Ya el cartón de 30 huevos ronda el millón de bolívares y aspiran subirlo prontamente homologado al precio del Kilogramo de leche en polvo. Cosa curiosa, esas son las proteínas de mayor valor biológico que más eficientemente producen las aves y los bovinos (también las cabras lecheras).
¿Cuándo será ese cuando que estos temas se abordan con sentido común para crear verdaderas políticas que regulen la calidad y los precios en el mercado de los huevos en Venezuela?
Lo que si estoy seguro es que las gallinas no tienen la culpa.