La Revolución convoca al pueblo a su realización. Convoca al campesino, al obrero, al estudiante, al artesano, al cultor, a todos los sectores de la sociedad, a desarrollar sus capacidades a plenitud y reconocerse como sujeto de y en permanente transformación/evolución. Convoca a participar en la evolución de la sociedad sin delegar el provenir y dejando de ser espectadores de la historia en proceso de construcción. Rescata al hombre de su aislamiento físico e ideológico y lo hace sujeto de cambio mediante un proceso de participación cada vez más inclusivo, entre iguales, de carácter cada vez más vinculante con la dinámica de la toma de decisiones del estado. Lo convoca e involucra a un proceso de participación verdaderamente democrático, de articulación entre las masas y la vanguardia para la erradicación de la explotadora sociedad de clases.
No es la democracia revolucionaria un modelo de participación esporádica, fragmentada, representativista y aislada de la necesidad común de garantizar la supervivencia de la especie. Es en cambio un proceso de participación protagónica, de creación, evolución y reencuentro del humano con su condición de sujeto social capaz de transformar su realidad material y concepción ideológica.
Las elecciones burguesas, modelo de participación "democrático" construido en capitalismo y que convoca a elección de representantes que secuestran la participación, fragmenta a la sociedad en bandas que pugnan por intereses mezquinos, sin sentido de sociedad, sin esencia aglutinante para la especie. Ponen a la sociedad a pelear por quien represente mejor sus intereses parcelados por sectores o condiciones socio-económicas. Ni siquiera son las necesidades de una nación las que entran en el debate, sino las necesidades individuales o sectoriales las que orientan preferencias. De allí que la batalla por el voto, instrumento de acceso al ejercicio de gobierno dentro del estado burgués, sea un deplorable ejercicio de arribismo, oportunismo, chantajes, manipulaciones y terrorismo, bajo la premisa de que "el fin justifica los medios".
Este modelo de "democracia" burguesa, deja a las masas sin condición humana, convierte a los pueblos en mercancía intercambiable por votos, condena el futuro de la especie a las ambiciones de una minoría explotadora que si entiende su participación en el momento histórico de saqueo y expoliación. Este modelo de dominación enfrenta a muerte cualquier intento de organización de la clase trabajadora, de articulación de los obreros con los estudiantes, los campesinos, intelectuales, amas de casa y pueblo en general. Arremete contra el partido de la revolución, lo desdibuja, lo convierte en un coro sin sentido, sin banderas de lucha, sin proyecto histórico que defender, con cuadros sumergidos y destrozados por las prebendas burocráticas del estado burgués. Es éste modelo enemigo de las comunas, de la historia revolucionaria de los pueblos del mundo, de la lucha de clases, de los símbolos y colores que invocan el combate por el amor y la vida.
Resulta imprescindible para la preservación de la especie humana y realización plena de la humanidad en el mundo, derrotar el falso proceso de participación "democrática" que nos ha impuesto la burguesía. Superar el circo de las elecciones y la adulancia construyendo espacios de articulación, de encuentro entre hermanos de clases movidos por la única idea de alcanzar la sociedad sin clases, sin explotadores, sin opresores de la vida y usurpadores de riquezas. Combatiendo contra la fuerza ideológica, de represión y militar de un estado que se niega a morir, el pueblo desposeído tiene los números, la fuerza moral y la responsabilidad histórica de construir su propio gobierno realmente democrático, mediante sus organizaciones de base, el impulso de su formación ideológica y la construcción de la hegemonía política revolucionaria.
Email lavozpetrolerasocialista@gmail.com
Twiter @VOZPeSocialista
Canal youtube La VOZ Petrolera Socialista