Para que respeten al pueblo, a la Constitución, a las leyes a la democracia, a Venezuela y que entiendan que para logra el poder político en Venezuela tiene que echarle bolas de astronauta y no arrejuntarse en grupo oligárquicos desestabilizadores, vendiéndoles el alma al gringoo asesino. En democracia las ganancias viene a punta de votos, de captar gente mediante buenas ofertas, jugando limpio, respetando esas reglas. En democracia el ganador se lleva el pote, el premio y el amor del pueblo y cuando viene alguien a desconocer eso, debe ser conminado a la cárcel, a la prisión, a purgar condenas para que no se enlode el partido.
El 11 de abril de 2002 el país venezolano fue fustigado por un amplio poder económico, sin amor por nadie que no fueran los suyos. Fue la oligarquía enquistada durante años en el mando de la nación bolivariana. Se unieron los poderes económicos, los medios traidores, los cipayos del imperio, los pro fascistas, los enanitos del Este, acostumbrados a segregar y a discriminar más una sarta de idiotas sin piso patriótico, que primero vieron sus intereses personales, que el ídem de la mayoría. Gusanos criollos, insectos manipuladores, hienas aprovechadoras, nuevos ricos subdesarrollados, quienes sueñan y piensan en USA como el cénit de sus sueños. Hombres y mujeres sin personalidad, sin talento para entender que el "ano es siempre el ano" y que los residuos son los residuos. Enfermos de glorias imperiales, bocones de la suma, de dólares y Euros, del "busines", de la transnacional, de la gente "in", payasos del circo humano, viendo por el ojo rectal, promiscuos de la idolatría ajena, amantes del juego y el festín, la orgía y el caviar. Ignorantes y esclavos de la publicidad que "da nota", infelices conductores de yates, gritones de que LA RIQUEZA ES LO MÁXIMO, obviando las reglas de la equidad, la convivencia, el amor y la hermandad.
La Revolución Bolivariana le dará un vuelco a esas manías estúpidas, donde el ser humano sólo piensa en ADQUIRIR MIERDAS que no sirven sino para engrandecer las arcas de grandes empresas que durante años nos han hablado de "progreso" tecnológico, de grandes urbes de concreto, de elevados edificios, de encandilantes neones, de ciudades fantásticas, para luego hoy andar con los ojos aterrorizados, cuando se piensa que el motor que mueve todo eso, no es renovable y que el imperio se ha visto en la necesidad de atacar pueblos petroleros para paliar tal angustia.. ¿A quién beneficia un bomba nuclear? ¿Por qué se premia a los físicos que las construyen? El imperio le ha escoñetado el cerebro a estos pueblos, de los cuales soñó Bolívar un día verlos convertidos en una gran nación. El resumen de esto se ha visto retratado en nuestro país, y cuyo protagonistas han sido pequeños hombrecitos y mujercitas llamados: Antonio Ledezma, Julio Borges, Teodoro Petkof, Marcel Granier, Oswaldo Álvarez Paz, Liliana Hernández, Marta Colomina, Miguel Ángel Rodríguez, Giusti, Matacuras, Kiko, Nitu Pérez Osuna. Gladis Rodríguez, Antonetti,Ramos Allup, Ibéyise Pacheco. Víctor Manuel García, Marianella Salazar, La "jefa" de Súmate y sus acólitos, París Montesino, Federico Ravell, Gustavo Cisneros, Camejo, La Cadena Mundial, RCTV, Venevisión, Televén, Globovisión, y otros.
A todos estos personajes, directivos de medios como Miguel E. Otero, Poleo e hija, el ESTADO DEBE LLAMARLOS A BOTÓN. No puede pasar desapercibida la afrenta hecha al pueblo, a la majestad presidencial, al voto, a los valores. Esta gente fueron armas del golpismo. En ellos se confabuló el odio, la baja pasión, la terquedad, el irrespeto. La Revolución se ha afianzado. Está liderada por un hombre que huele a pueblo y que no va permitir que estos VÁNDALOS se salgan con la suya. El pueblo espera: el pueblo quiere respuestas.En 2007 el libro de faltas al Estado y a sus Instituciones, debe abrir sus páginas a la gloria, donde o se respeta o se castiga. Ser indiferente con estos golpistas es destituir del poder al pueblo, regresando al mugriento pasado, donde la inmoralidad reinaba a todas sus anchas y las cárceles sólo eran construidas para encerrar a los pobres que se robaban una arepa de reina pepiada para repartirla entre su familia, mientras la alta burguesía, la cúpula de AD Y COPEI, se daban la gran vidorria, abrazados a los dineros del Estado. La justicia debe ser un medio para castigar a quien recurra a los malos formatos, sin importar sus clase social. Los que robaron durante cuarenta años y pico, los golpistas del 11-a, no son hijos de dioses mitológicos, intocables y bellos.
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