Acusar a Chávez del asesinato del General en Jefe Raúl Isaías Baduel es algo como imposible, ya que Chávez está muerto y materialmente es algo imposible pero el sembró el odio para que sus subalternos y continuadores siguieran ensañándose en contra de él.
Baduel, en los hechos del 11, 12, 13 y 14 de abril del 2002 tuvo un comportamiento de más valor y coraje que Hugo Chávez Frías, quien por cierto, todo el mundo sabía que se trataba de un golpe de estado que venía dentro de la FFAA, en combinación con el imperialismo y sobre todo la mediática; pero no tomó las medidas necesarias para impedirlo y prácticamente dejo las cosas seguir para que sucediera lo que sucedió, solo una persona, actuó de forma diferente en aquel momento y esa persona fue Raúl Isaías Baduel, quien gracias a él no solo se salvo Hugo Chávez sino el país entero, al impedir que se consolidara un golpe de estado de derecha de corte fascista.
La rebeldía de Maracay y la amenaza del General Baduel de que el lunes 15 de abril subiría a Caracas a restituir el poder y la constitución hizo que los golpistas actuaran atropellada y desesperadamente, cometieran torpezas y facilitaran con esa conducta la retoma del poder por parte de la fuerzas leales, a lo que en aquel momento todavía podía llamarse “revolución bolivariana”.
Hay detalles de aquellos acontecimientos que todavía están en zona gris, es decir, son desconocidos, ya que no hubo una Fiscalía y un Poder Judicial que actuara con autonomía e independencia ante un hecho de tal transcendencia y gravedad como fue la ruptura del orden constitucional por vía de hecho e iniciara a motu proprio, como ha debido ser, una investigación penal y condenara a los culpables; de haberse hecho eso, no hubiese zonas grises de aquellos acontecimientos y todo hubiera quedado aclarado, hasta con lujo de detalles.
Tanto el Fiscal del momento como los altos cargos policiales y por supuesto el poder judicial, bien comodines, ya que muchos de ellos habían cohabitado con el puntofijismo o procedían de allí, se acogieron con mucho beneplácito; al acto aquel del líder, recién regresado del cautiverio, con un crucifijo en la mano perdonando a los conspiradores y traidores a la patria “para no dividir al ejercito”, cumpliéndose la máxima de Bolívar “El Perdón con la Traición es un Crimen”, y a los 10 años subsiguientes, al hoy, octubre 2021, estamos sufriendo y sintiendo en carne y en sangre propia, un crimen de lesa humanidad y lesa patria, producto de aquellas debilidades.
La prueba más patética de que Baduel fue, si se quiere el héroe de la jornada del 11-14 de abril del 2002, es que habiendo roto con el chavismo y habiéndose adherido a la oposición, a pesar de que andaba con ellos, esta oposición sobre todo los de la ultra-derecha nunca le perdonaron aquella acción, que hay que considerarla un gesta heroica, le quitó “el bocado de la boca del poder”, después de haberla obtenida sin resistencia prácticamente, a excepción de los héroes de Puente LLaguno, aquel 12 de abril en horas de la madrugada. Baduel desde Maracay, les “aguo la fiesta” al imperialismo y la derecha; y eso nunca se lo perdonaron a pesar de andar con ellos.
Esa acción heroica de Baduel y los soldados del batallón José Leonardo Chirinos y Antonio Nicolás Briceño del Grupo Aerotransportado de Aragua, salvó no solo a Chávez, ya que de Maracay se desplegaron los aviones que rescataron a Hugo Chávez en La Orchila; y a la revolución bolivariana y la constitución del 99; hoy a punto de perderse de derecho y prácticamente perdida de hecho, a menos que se dé una “revolución en la revolución” y regresemos a la ruta socialista y de izquierda cual es la naturaleza de la revolución bolivariana, hoy perdida ante un gobierno de corte neoliberal del más salvaje quien anda privatizando las empresas estratégica y no estratégicas clandestinamente, regresándonos a 200 años atrás con la restauración de la esclavitud, al existir un salario “0” en los trabajadores y pronto entregará nuestra soberanía nacional por pedazos, privatizará la industria petrolera con la aprobación de la zonas económicas especiales-zee y la reforma de la ley de hidrocarburo por parte de la asamblea nacional chavista-madurista y con ello también restablece la esclavitud de derecho.
No se descarta que esa acción heroica, encabezada por Baduel aquellos aciagos días del 11 al 14 de abril del 2002, arriba descrita en parte, haya ocasionado celo y hasta resquemor por parte de muchos de los caudillos del chavismo y eso haya ocasionado como forma de “quitárselo de encima” políticamente la apertura de un expediente por corrupción que independientemente de que haya sido verdad, el chavismo en general y el chavismo-madurismo en particular en la lucha anti-corrupción, no tiene muchos logros que mostrar, o sea que el juicio por corrupción, su motivación fuera por razones políticas, más que una lucha sincera en contra la corrupción, independientemente que haya habido acto de corrupción, debido a la alta cifra negra que por corrupción exhibe el chavismo, en donde prácticamente el delito de corrupción se encuentra de hecho despenalizado.
DE TODAS FORMA LA MUERTE DE BADUEL SE LE ADJUDICA AL ESTADO YA QUE ESTABA BAJO SU GUARDA Y CUSTODIA Y NO FUE MUY DILIGENTE EN SU PROTECCION.
La causa de la muerte de Baduel por Covid-19, como lo ha manifestado el Fiscal General, no exime de responsabilidad al estado venezolano ya que, el preso o privado de libertad, está bajo la guarda, custodia y protección del estado venezolano y cualquier lesión o daño que se le cause, el estado debe responder por ello y peor aún por la muerte de este; sus familiares y abogado han denunciado por la prensa en consecutivas oportunidades que se los incomunican, es decir, que no lo pueden ver o contactar con él; y el profesional del derecho ha manifestado que no le han permitido juramentase o asumir su defensa; ni las peores dictaduras del continente han tenido esta conducta tan violatoria del debido proceso, lo que es un retroceso por parte de este periodo que se presume “bolivariano” no solo con respecto al puntofijismo sino con respecto a la dictadura de Gómez y otras más atrás, algo que no tiene nombre.