El texto que sigue a continuación lo publiqué en Aporrea el Viernes, 13/08/2021. En él hago referencia a otro escrito y publicado anteriormente, exclusivamente por recordar la desaparición de mi amigo y compañero del MIR, Bartolomé Vielma Hernández.
Lo repongo por las declaraciones que acaba de dar el Fiscal General de la República, Tareck Williams Saab, acerca de la tragedia, llena de terror y corrupción alrededor de la desaparición de Carlos Lanz.
Lo hago para recordar de como deseché la hipótesis, según la cual aquello había sido una "obra" del gobierno, pero también, como igualmente rechacé, lo hice en otro trabajo y a través de Twitter, que en aquello estaba metida la mano del gobierno de EEUU o el de Israel, dado me parecían versiones estereotipadas e infantiles.
Cuando escuché o leí a muchos decir, entre tantas cosas o hipótesis, que ese secuestro y desaparición, se explicaba en función de los "estudios y descubrimientos" de Lanz acerca de "la guerra de nueva generación", solía decir y preguntar a quienes con eso comentaba, ¿ y acaso no es más fácil y hasta eficiente a los gringos raptar y desaparecer a Noam Chomsky? ¿No hace este "más daño" al imperialismo que muchos en el mundo? ¿No lo tienen más cerca?
Como dije y lo demuestro ahora, siempre pensé que en eso estaba metida gente del entorno y confianza de Lanz. Imaginé, a alguien, militar o civil, muy de su intimidad, descubierto por él en la comisión de un hecho muy grave desde el punto de vista delictual y moral.
Le repongo sólo en parte, omitiendo el tratamiento dado a lo acontecido con mi amigo Bartolomé Vielma Hernández, por razones obvias, no con la intención de mostrar lo asertivo que estuve, sino para dar una muestra de cómo se debe actuar ante hechos como esos y sobre todo cuando uno hace de analista y esto es, fundamentalmente, poniendo por delante la buena fe.
Lamento mucho el desenlace de este asunto y espero que, cada quien, lo analice con equilibrio y pese en su exacta dimensión, detalle por detalle, sin omitir nada, por encima de los sentimentalismos, odios o interés político.
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Por Carlos Lanz y Bartolomé Vielma Hernández, para que nadie olvide
Eligio Damas
Aporrea, 13.08-2021
Este trabajo lo publiqué unos años atrás, como un reclamo por un viejo y gran compañero desaparecido por la Digepol, en la IV República, de quien salvo sus familiares y algún otro amigo y compañero, pocos se acuerdan cuando se habla de quienes se les dio ese destino infame.
Lo repongo para recordarlo porque nunca voy a olvidarlo; fue mi amigo entrañable en las buenas y en las malas. Lo fuimos en aquellos días alegres de la juventud, en mi ciudad natal y lo seguimos siendo en las duras circunstancias de la lucha clandestina, donde se fortalece la amistad y el cariño. También lo vuelvo a poner, recordando que, aún de él nada se sabe, salvo que fue desaparecido y porque espero que Carlos Lanz no tenga el mismo destino.
Uno sabe a ciencia cierta que, la policía política de Raúl Leoni, controlada por agentes externos, desapareció a Bartolomé, como sabemos que, quienes aquella infamia consumaron, no pagaron sus culpas; y por saber esto, nos preocupa que, tantos años después, volvamos a vivir la misma experiencia. Y pensando en la familia y los amigos de Carlos Lanz, uno retoma el dolor por la ausencia y el no saber nada del destino dado a nuestro amigo y que aquel abominable hecho quede sin pena y ahora se vuelva a repetir.
Por supuesto, quien esto escribe, descarta, pese lo que cualquiera prejuiciado pueda pensar que, en lo concerniente a Carlos Lanz, salvo me demuestren lo contrario, en esto esté metido el gobierno. Pensar, decir lo contrario, sería una hipótesis sin sustento. Cuando eso escucho, suelo imaginar a quien lo dice como uno de esos políticos para quien cualquier cosa sirve con tal de hacer daño y contrarrestar al adversario.
Pero si no descarto, pudieran estar metidos personajes que estuvieron muy cerca de él y también del gobierno. Es pertinente elaborar una hipótesis en relación con eso. Pudo Lanz, acucioso como es, acceder a informaciones que le volvieron peligroso para un individuo o un grupo.