La guerra de Colombia y la guerra de Venezuela

Desde hace rato quería expresar mi reflexión al respecto, sobre todo, con los enredos diplomáticos que hemos tenido con el vecino país colombiano en las ultimas semanas. No creo en eso de que la paz en Colombia sea paz para nuestro país. Si fuese así, entonces desde los gobiernos de Pérez Jiménez hasta los adecopeyanos estaríamos envueltos en mantos bélicos o conflictivos de media o alta intensidad. El dictador fue claro en su determinación de no permitir otra incursión colombiana en nuestro territorio septentrional. Cuando el affaire de la corbeta Caldas el presidente de turno puso las cosas en su lugar y no pasó nada de nada. Lo que sí ha ocurrido en los siglos pasados, es que el vecino país nos quitó muchos quilómetros cuadrados de territorio sin la advertencia de los gobernantes de la época, quienes pasaron a ser cómplices de ese delito, así se nos enseñó en las clases de historia y geografía nacional y existen registros que lo demuestran. Pero ese no es el tema.

Si la paz de Colombia fuese la nuestra, entonces significa que aquí hemos vivido en guerra hace más de 50 años y eso es falso. Esa frase inexacta ha sido acuñada desde que Piedad Córdoba le pidió a nuestro presidente que ayudara a traer rehenes de las FARC a sus hogares. Muy bien, hasta ahí estamos claros, lo que se trata es de tenderle (Chávez) una mano a los colombianos para ese caso en específico. Y lo hizo. Ahora las FARC liberarán a tres (3) rehenes más con la intermediación de nuestro líder humanista. Perfecto. Ayudaremos. Esas personas que han sufrido el rigor colateral de una guerra prolongada, regresarán a sus casas y llevarán alivio a sus familiares y amigos. Eso es una labor estrictamente humanitaria de trascendente valor que será recordado por los siglos de los siglos. Nadie puede negar el corazón humanista de nuestro líder, sería de imbéciles una desconsideración tan cobarde.

Si en lugar del gobierno bolivariano estuviese (¡Dios nos libre!) uno de derecha, no pasaría nada, Colombia seguiría con su tragedia y nosotros recibiendo desplazados, más nada. Pero como se trata de un gobernante revolucionario que ha despertado inquietudes en otros países del sur, vecinos a Colombia, entonces la estrategia cambia, ya la óptica es diferente. Nos referimos a la estrategia de EE.UU. y a la óptica de los presidentes lacayos de naciones cercanas a nosotros y de Europa, principalmente. Colombia es un país sitiado por los yanquis que está sirviendo de base para una posible invasión que nos quite el petróleo que a los yanquis se les agota, eso es todo, no hay otro misterio. Lo que si ocurre es que por los estados fronterizos con más de 2.300 Km2 de frontera que compartimos con el vecino, se nos infiltran paramilitares enviados por Uribe bajo la égida de Bush para desestabilizarnos con el sicariato, la extorsión, el crimen organizado,el tráfico de drogas y los secuestros. Pruebas sobran. ¿Y cual es el estado por donde penetran con mayor facilidad los paramilitares y el tráfico de drogas? El Zulia, que fatídicamente está en manos de un bandido que no tiene amor por su patria, su amo es el vil dinero y el paroxismo por el poder. ¿Cuántos secuestros han ocurrido en ese estado desde los últimos cinco años? Muchísimos. El sicariato se incrementó escandalosamente y el gobierno nacional debe intervenir o seguiremos perdiendo votos zulianos por tanta inseguridad. El gobernador no hará NADA pues sabe que el zuliano indilgará la culpa al gobierno y lo ha conseguido, lamentablemente.

El problema adicional que se nos ha creado con esa guerra interna de Colombia, es que nuestros medios bolivarianos le están dedicando demasiado tiempo al tema de los rehenes y a la crisis vecina, distrayéndonos de los serios problemas que estamos confrontando internamente. La guerra nuestra está en la falta de autoridad para castigar a los corruptos de la empresa privada y a los que trafican en el gobierno. Nuestra guerra está en conseguir la leche, la harina de trigo, el pollo, los granos y todo alimento que escasea en estos momentos por acaparamiento conspirador y por causas endógenas. Nuestra guerra está en combatir mediáticamente a la canalla que se pasea todos los días con total impunidad, en castigar a los que tildan al presidente de drogadicto y traficante. En verdad que no entendemos cómo los asesores legales de Chávez no han procedido a demandar judicialmente a esos difamadores de oficio, parece que no hubiese gobierno, eso es una vergüenza mundial, una afrenta a nuestro nobles valores bolivarianos y democráticos. Nuestra guerra está en construir más viviendas a paso acelerado, en mejorar los hospitales urgentemente, en mejorar cientos de Escuelas y Liceos que se han deteriorado desde la cuarta república. Nuestra guerra está en depurar a las policías corruptas y al poder judicial mediocre que tenemos. Ésa si es nuestra guerra. Colombia que resuelva su problema, ojalá y así sea pero no nos llamemos a engaños, cuidado con esas distracciones.

efraingran@gmail.com


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Efrain Jose Granadillo


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