No creo que podamos añadir nada nuevo al tema de la masacre sionista en Gaza. Con las poquísimas excepciones de algunos países, que no llegan a cinco, la humanidad es cómplice silente de tanto genocidio extremo. Por mi parte, en respeto a mi conciencia, expreso estas reflexiones para no quedar como observador complaciente con la matanza endemoniada de tanta gente inocente. El mundo árabe no hace nada, sson unos cobardes,apenas Irán se pronuncia con firmeza y el resto hace mutis. Europa es la misma lacaya de los gringos que no protesta enérgicamente y en América apenas una declaración del gobierno bolivariano.
Yo considero, señor presidente, que tanto crimen, que tanto asesinato de palestinos no puede pasar"debajo de la mesa". Un gobierno vil, macabro y asesino como el sionista de Israel, no merece tener relaciones con un país que pregona los principios bolivarianos y socialistas de la solidaridad, la cooperación, el respeto a los derechos humanos, la soberanía y el amor por nuestros semejantes. Israel no es ningún pueblo de Dios, es un pueblo racista y clasista que se cree el dueño del mundo porque controla la economía mundial con base en U.S.A. y Europa; nosotros, señor presidente, exigimos, en honor a la dignidad humana, a la decencia, a la solidaridad con los más débiles, que rompamos relaciones definitivas con ese país terrorista, prepotente y violador de todas las leyes internacionales.
No es moralmente sano, que mantengamos intercambios comerciales y de cualquier índole con un gobierno genocida, eso es sencillamente una inmoralidad del tamaño del infierno. Niños, mujeres, ancianos y civiles inocentes están muriendo como moscas por el capricho hegemónico de unos locos que se creen los dueños del mundo. Demos el ejemplo, señor presidente, hágalo cuanto antes. La humanidad se lo agradecerá.