"Todo cuanto sé con mayor certeza
sobre la moral y las obligaciones de los hombres,
se lo debo al fútbol."
Albert Camus, escritor argentino.
Un amigo, casi 50 años menor que yo, un verdadero fanático del club Barcelona de España, sufre en cada enfrentamiento del equipo, donde prácticamente se formó y se consagró, como uno de los mejores jugadores de los últimos años Leonel Messi. Al recordarle al joven, quizás la última parada, como futbolista de la popular "pulga" se le notó en el rostro de no haber asimilado el golpe emocional, cuando se crean los ídolos, sin darse cuenta, que el deporte se ha convertido en un negocio muy rentable del capitalismo y por eso las directivas de los grandes equipos españoles, no escatiman esfuerzos por contratar los mejores jugadores, utilizándolos, hasta el preciso momento, que les parecen útiles, pero en el instante, cuando corren el peligro de perder en el fichaje e incluso de pasar a ser empleados por la cantidad de dinero, que deben desembolsar, como en el caso de Messi, le dicen ¡Eres el mejor, pero económicamente no nos conviene!
Leonel Messi, a muy temprana edad ha conquistado la gloria en el futbol y el dinero suficiente, como para ayudar a una buena cantidad de sus paisanos, pero su capacidad para ver un mundo distinto a donde ha estado sumergido, casi por encima de los ojos, le imposibilitad dar un pequeño paso, si se quiere nada comparable a los agigantados de Sadio Mané, quien sin mucha publicidad, pero con mucha humildad, responsabilidad y un tesoro de reflexiones declaró al Canal Sport Afrique: "No voy a usar mi dinero para comprarme un Ferrari, ayudaré a mi gente" Algo totalmente apartado de lo que comúnmente viven las grandes estrellas del deporte; ya que, con solamente recordar de dónde viene y ayudar a sus semejantes le produce la satisfacción, que no sienten los sumergidos en el juego del negocio por cantidades exorbitantes.
La ley de la vida va colocando a cada quien en su sitio. Nadie nace para quedarse estacionado al llegar a la flor de la vida, como es la juventud, así, se empeñe en buscar la eternidad o aparentarla apoyado en montañas de dólares. De Messi, se conocen algunos hechos de ayuda benéfica en medio de la enorme fortuna acumulada por su extraordinaria habilidad para jugar el balompié, pero nada comparable al africano Mané, quien se ha convertido en un verdadero faro de luz para la tierra, que lo vio nacer y crecer en medio de grandes dificultades, como en todos los países iguales donde nació y se mantienen bajo una miseria espantosa y por eso su actitud de ayudar a sus semejantes, adquiere una connotación de primer orden, visto por todos los ojos del mundo, como un ejemplo a seguir.
Muchos aficionados al futbol se preguntan ¿Dónde va finalizar Messi, su carrera deportiva? La respuesta la acaba de dar el propio jugador ¡Me voy a dedicar un poco más a mi familia? Por lo pronto, casi es ficha de un equipo, que solamente lo conocen en la ciudad o pueblo donde juega: el Inter de Miami y de paso fue último en la tabla de posiciones. Supuestamente en el Paris Saint-Germain, no fue feliz afectando su vida familiar. Sin embargo, en el nuevo equipo le tiraron el anzuelo cargado de dólares, aún, cuando no iguala la supuesta cantidad ofrecida por el equipo Al-Hilal de la liga de Arabia Saudita, pero lo cierto es, que lo contrataron y no es simplemente para verle la cara, es para ver resultados, porque de lo contrario se va a despedir por la puerta trasera y sin poder lograr, lo que consiguió Diego Armando Maradona, llevar al Nápoles de Italia a campeón, cuando no salía del sótano.
Lo curioso en la vida deportiva de este futbolista es que prácticamente no jugó en su tierra natal y lejos de escoger un equipo humilde de Argentina, se mudó para el "paraíso" terrenal Miami, donde la vida se mide con los apreciados dólares y cada momento un tiroteo deja un reguero de muertos y heridos, la supuesta felicidad. Atrás va quedando el Barcelona y la rivalidad con el Real Madrid y los aficionados ni pendientes de Messi, porque el futbol es una pasión en plena ebullición. El paso por el Paris Saint-Germain, tampoco lo ayudo a ser feliz y los que lo vieron marcar goles con sus impresionantes gambetas, así, como disfrutaron, también lo van a olvidar, porque los ídolos quedan muchas veces en el olvido, mientras el futbol sigue, ya que, el impulso de los medios de comunicación crean el negocio de multitudes, con sus ídolos por instantes y cuando se empiezan agigantar por encima de la acción, simplemente les demuestran con preguntas, que son reglas del periodismo, pero por momento sirven para sentar un precedente: cómo, quién, cuándo y dónde se monta el espectáculo. Por esa sencilla razón, mientras Sadio Mané, recibe cariño y aplausos de su país Senegal. Messi, anda buscando la felicidad terrenal, a pesar de los montones de millones de dólares.