"El beisbol es como ir a misa.
Muchos van pero pocos entienden".
Leo Durocher (ex jugador)
Desde hace muchos años he sido un fiel lector de la columna JUAN VENÉ EN LA PELOTA. Su autor o escribiente es prácticamente un desconocido por su nombre de pila José Machado, y su slogan utilizado por demás atrayente (El deporte vuelve a unirnos) ahora, parece desunirnos por sus descabelladas opiniones en contra de calificados jugadores venezolanos con la opción de ingresar al Salón de la Fama del beisbol de los Estados Unidos, lo que llaman Cooperstown. Lo de Juan Vené, no es nada nuevo, pero en esta oportunidad tocó a Miguel Cabrera, quien tiene la computadora con los números encendidos para ser designado e ingresar en el primer intento a donde llegan los que consideran los inmortales del beisbol.
José Miguel, acaba de dar otro jonrón al responderle a un lanzador de anti venezolanismo puro, asimilado en su aposento de New York, donde eres o no eres, quien muy poca malicia tiene para lanzar sus incoherentes y absurdos sentires y de esa manera herir una de las pasiones de los venezolanos: el amor por el beisbol, al expresar, que no sabe si va a votar por él, porque supuestamente no aporta nada a la defensiva, pero a pesar de esa supuesta falla tiene todos los caminos y las puertas abiertas para ingresar a Cooperstown, si la elección se realiza mañana mismo, para frustración de José Machado, quien se cree sagrado, con el derecho de juzgar con su odio desbordado y rabioso, que es mejor no seguir haciendo consideraciones antes un disparate, que se va llevar una sonora pitada, como la que se consiguió Er Conde del Guácharo, cuando se atrevió a burlarse de nuestra canta criollo y algunos de sus consagrados ejecutantes.
Si, en estos momentos hacemos una revisión de los integrantes de los miembros del Salón de la Fama – Cooperstown– son varios a los que tenemos que sacar necesariamente para darle el puesto por mérito propio a Miguel Cabrera y entre esos excluidos está Fred McGriff, quien no calza los números del nuestro, ni siquiera en la vetusta computadora cerebral de Juan Vené, quien votó por él, rechazando al "gato" Andrés Galarraga, con números aceptables para la escogencia, otra clara demostración de estar en contra de los venezolanos.
Esta maliciosa opinión, ya que, todavía no es una decisión definitiva, nos permite hacer varias conjeturas: En primer lugar, ojalá no esté buscando argumentos por las ramas, para cobrarle a este destacado jugador la firme, valiente y aplaudible decisión de hacerle llegar un bate caliente al comandante Chávez, cuando la jauría lo atacaba por todos lados de esos, con los que destrozaba a los lanzadores de las Grandes Ligas. La otra puede ser –está entre lo posible– que en las postrimerías de su vida –le deseo de todo corazón más años de vida– esté pensando, que lo venezolanos y los aficionados al beisbol lo van recordar más, por ese lanzamiento totalmente descontrolado y muy lejos del home intencionalmente para golpear al tigre de aquí y de allá, ya que, los números no los puede borrar nadie y menos él, con su odio visceral, capaz de llorar si ve a uno de estos peloteros en el salón de la fama. ¡Ah, se me olvidaba! contra Omar Vizquel, montó el mismo berrinche, a pesar de recibir por varios años el guante de oro, como el mejor paracorto. ¿entonces? ¡Ni chicha ni limonada!
Todo esto, echa por tierra los argumentos para opinar en contra de nuestros jugadores. Esto se parece a los que hacen el triste papel convertido en un refrán muy utilizado: "Luz para la calle oscuridad en la casa" y si es así, como lo viene demostrando, mejor no seguimos hablando de este tema, porque parece imposible convencer a una persona, que tiene años viviendo en los Estados Unidos, con un aval, que parece el martillo para dar el veredicto final: el primer periodista de habla hispana, con voto para elegir al salón de la fama del beisbol de EE.UU. ¿Será por eso, que no arrima una para el mingo, cuando se trata de Venezuela? Cómo se llama eso. Ustedes pueden responder y votar, aunque no sea para elegir a Cooperstown ¡Salud mi estimado amigo José Machado! ¿Qué necesita Miguel Cabrera? ¡Larga vida para seguir amando a su familia y a Venezuela!