Hace cierto tiempo reflexioné sobre este tema en cuestión, contextualizando lo que sucedía en Europa relacionado con el Futbol, donde grupos de fanáticos arremetían verbalmente, lanzando objetos e incluso físicamente contra deportistas negros, en diferentes campos deportivos de esa región, sin que hubiese pronunciamiento de rechazo por parte de las organizaciones deportivas competentes.
Algunos deportistas africanos objeto de burlas y chanzas reaccionaron y declararon públicamente sobre tan deleznable conducta, provocando inmediatamente reacciones de solidaridad en todo el mundo, que veían estos actos bochornosos como conductas racistas y xenófobas.
Yo que condenaba estos actos, me decía, ojalá que situaciones vergonzosa cono estas no ocurrieran nunca en nuestra región y mucho menos en Venezuela. Pero reconozco ahora, que me equivoque, pareciera que los malos ejemplos se difunden con mayor celeridad que los buenos.
Puedo entender y eso lo observamos también en Venezuela, por ejemplo, en el Beisbol, que una fanaticada, exacerbada, eufórica, aupando a sus respectivos equipos, eleve consignas, aúpe hasta el cansancio a las bandas que siempre los acompañan para darle animo a sus respectivos equipos, pero de allí, al insulto a la agresión física, al desprecio racista, al odio xenofóbico, hay un paréntesis, que debemos rechazar por siempre no sólo del ámbito deportivo, sino, de la sociedad en general.
Si en otras latitudes se permite conductas tan nocivas como la que comentamos y los propietarios de equipos, las organizaciones deportivas y las directivas deportivas respectivas no ponen orden y no orientan a la fanaticada, allá ellos, y los conflictos que se generan por estas malas conductas, pero en nuestra región donde el deporte siempre ha sido una forma de unirnos y cordializar, hay que tomar medidas urgentes e inmediatas para rechazar cualquier intento de que situaciones como las criticadas se hagan costumbre.
En los propios estatutos que han sido aprobados para fomentar el deporte y orientar su práctica y desarrollo, están los principios que deben aplicarse para armonizar esta práctica, en todo evento deportivo, en todos y cada uno de sus manifestaciones y disciplinas.
La Carta Olímpica, por ejemplo, Tiene como principio general, que el deporte debe ser un medio para fortalecer los lazos sociales, la paz y la solidaridad entre los pueblos. Así mismo establece el respeto por la persona y el desarrollo armónico del ser humano. Todo, de acuerdo a la Carta, en función de una sociedad pacífica donde se jerarquice la dignidad humana.
Allí están las orientaciones fundamentales. El desarrollo y cumplimiento de estos principios deben ser el norte, la conducta de toda la fanaticada, como también la de las organizaciones deportivas, que deben promocionar y hacerlos cumplir, incluso realizando amonestaciones y aplicando sanciones, oportunamente, si es necesario.
Lo ocurrido en Perú, informado por diferentes medios de comunicación, donde el equipo que representó a la República de Venezuela, en las eliminatorias para el mundial de Futbol, fue agredido, no tiene precedentes. No sólo fue un grupo de fanáticos, sino, que las propias fuerzas de seguridad, encargadas en teoría, de imponer el orden, participaron en la agresión contra los integrantes del equipo Vinotinto. Para colmo, algunas autoridades gubernamentales, que salieron como voceros de la Dictadura, que hoy gobierna ese país, contra la voluntad de pueblo peruano, en vez de condenar tan lamentables hechos, trataron públicamente de justificarlo.
Actuaciones como estas, deben ser rechazadas inmediatamente por las autoridades deportivas. En manos de ellos y bajo su dirección está el que estas deleznables actuaciones, por no ser criticadas ni sancionadas, oportunamente, se hagan costumbre, violándose de esta manera los principios que establecen los Estatutos Deportivos Olímpicos y so pena de convertir a los campos deportivo y eventos, en verdaderos frentes de batalla, conducta contraproducente al espíritu armónico y de hermandad, que siempre debe prevalecer en el ámbito de las competencias deportivas. Las Autoridades Deportivas tienen la palabra.