Cien por ciento citadina, inicio este pequeño reconocimiento a la Marcha Campesina Admirable por confesar la solidaridad atávica que despiertan en mí quienes trabajan al aire libre en la tierra y en el mar. Sensación que, debo reconocer, va acompañada de una cierta envidia por la fluidez de su relación con la naturaleza, inalcanzable en la complicada realidad urbana.
Solidaridad que hoy se enriquece con la admiración y respeto que merecen los valerosos campesinos que han tenido que emprender -y defender de intentos disuasivos- su larga Marcha para poder entregar un documento político al presidente Nicolás Maduro. Donde, dejando sentado el apoyo a su persona y a la revolución bolivariana, manifiestan su inconformidad con las políticas públicas que los afectan y entorpecen su lucha por nuestra soberanía alimentaria. Fijando su horizonte más allá de su ámbito, insisten en la unidad del movimiento popular y en el trabajo conjunto con las autoridades leales al legado revolucionario del Comandante Chávez, indispensable para depurar al Estado de la corrupción, la ineficiencia, la indolencia y la violencia que corroen el proceso y transitar efectivamente hacia el socialismo.
Reconocimiento que extiendo a los Colectivos y Movimientos Sociales de Caracas, Vargas y Miranda en Apoyo a La Marcha Campesina que los asisten por decidir expresa y respetuosamente que:
-
Los únicos Voceros de la actividad serán los campesinos
-
Al recibirlos en los distintos puntos establecidos se colocarían en la retaguardia de los marchantes
Mensaje que no parece haber sido captado por algunos de los reporteros de medios oficiales que, al cubrir los avances de la Marcha, destacan la presencia de autoridades con sus nombres y apellidos y mantienen a los marchantes en el anonimato, como siempre.
Actitud que me recuerda un incidente relacionado con otra marcha de trabajadores del campo que, por puro azar, tuve el privilegio de presenciar. La fiereza con la cual hace unos cuantos años, una madrugada y sin moverse de su pequeño apartamento, la comandante Lina Ron paró en seco las pretensiones del entonces alcalde metropolitano de capitalizar un evento en Caracas, organizado y financiado por los propios campesinos para denunciar el acoso permanente de sicarios al servicio de los terratenientes y exigir protección al Gobierno.
Espero de todo corazón que esta vez el Presidente Maduro atienda las exigencias de nuestros hermanos del campo y que su largo andar marque el camino de una lucha conjunta campo-ciudad por la materialización del proyecto socialista bolivariano.
No podemos olvidar el grito de guerra de Zamora "Tierra y hombres libres" pues de esos hombres libres depende nuestra sobrevivencia…