Réplica al artículo "El Billete no tiene fecha de vencimiento"

Muy interesante y cargada de muchas verdades las recogidas en este interesante artículo. Es una verdadera lástima que presente algunas omisiones e imprecisiones no menos importantes sobre un tema tan delicado como lo es el referido al circulante dinerario de un país.

Ignoramos si su autor tiene cualidad para opinar sobre un asunto de tan exigente ciencia económica u olímpicamente se la arroga.

Lo cierto es que de ninguna manera se ha dicho que ese billete ni ninguno otro hayan perdido vigencia temporal; lo que ha ocurrido es que, sencillamente, por disposición del Banco Central de Venezuela BCV), amparado en sus constitucionales atribuciones, consideró conveniente el reemplazo del ese ese billete de 100 Bs.F por otro de Bs.F 500, así como su reemplazo físico: de papel moneda a moneda de metal, así como la acuñación de otras monedas de la calderilla del cono monetario actual en reemplazo de la actuales. La desmonetización de una moneda no implica vencimiento temporal, quienes quieran usarlo numismáticamente pudieran hacerlo indefinidamente.

De lo que pudiera hacerse con razón algunas objeciones válidas-que ya fueron corregidas-es sobre la cortedad inicial del plazo para que los tenedores de esos billetes los consignen sus tenedores ante la banca privada y/o el BCV.

Ahora también, el autor ha omitido que la vigencia de cualquier moneda fiduciaria, como es el caso de nuestras monedas y billetes, no pueden tener fecha de vencimiento por la misma razón que el gobierno no le pone fecha de emisión a dichas monedas con el objetivo de iniciar su posible vencimiento, sino para poder distinguir ente los numerales-seriales-de una impresión o acuñación de otra que guarden como única diferencia física, precisamente, esa fecha de emisión, pero no para dar inicio a ningún vencimiento predeterminado.

Es que el uso de las monedas, con o sin soporte en metales preciosos, en ninguna parte del planeta prevé vencimiento alguno expreso y escrito en sus leyendas para el papel moneda, como si se tratara de otros valores financieros como, por ejemplo, un cheque o una libreta de débito o de crédito.

Nuestras monedas y billetes sólo pueden perfectamente quedar sujetas a la confianza que el propio BCV le imprima y la ciudadanía la respete y comparta, que es precisamente lo que estaría haciendo el BCV a través del Presidente de la República como máximo Administrador de la Hacienda Pública.



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Manuel C. Martínez


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