Curiosamente, si en el ampliado Cono Monetario, las monedas de 10; 20; 50 y 100 (Bs.F) siguen siendo múltiplos de nuestra unidad monetaria sólo en razón de su practicidad de manipulación comercial, resulta obvio que los submúltiplos del cono han perdido definitivamente su utilidad real, y el BCV podría optar por recoger toda esa calderilla que desde su lanzamiento a la circulación resultó comercialmente inútil.
Efectivamente, dados los aún irrefrenables precios en suba continuada ante la impotencia manifiesta por ahora del BCV, el famoso billete de 100Bs.F y otros múltiplos de menor poder adquisitivo, han sido sustituidos por el BCV mediante el lanzamiento de nuevos múltiplos en billetes, y por acuñaciones en metal de los salientes billetes de menor poder como los de 100; 50; 20; 10 y 5 (BS.F).
Así, una moneda como la de 0,10Bs.F (diez céntimos de bolívar fuerte) ha sido repotenciado en 10.000% ya que esa monedita ahora estará, de hecho, representada en una moneda de mayor tamaño (más manipulable) = 10Bs.F, y asimismo, la actual moneda de 0,01Bs.F es de hecho reemplazada por la actual de 1Bs.F. Igualmente, la calderilla de 0,50 (Bs.F) está ahora representadas por 50Bs.F, y se incorpora una sui generis calderilla = 100Bs.F.
De resultas, el BCV ha asimilado la presente inflación a una real devaluación de nuestra moneda[1] al punto de que en estas nuevas calderillas así queda reflejada.
[1] Un grupo venezolanos y patriotas, aunque no todos bolivarianos nos abocamos desde años atrás a defender nuestro poder adquisitivo monetario, no sólo frente al dólar, sino en materia del necesario equilibrio entre los sectores de medios de producción y de bienes de consumo final. Desgraciadamente, muchos de quienes eso defendíamos saltaron a la derecha y hasta muy contentos estarán hoy con el desentendimiento que tuvo el BCV para sumarse a nuestra defensa. Esperamos que el presente entuerto devaluacionista sea, por lo menos, detenido por las actuales y flamantes autoridades del este banco central y único responsable para conservar la estabilidad económica y el poder de nuestra moneda en lo interior (puja oferta-demanda) y en lo exterior (paridad frente al dólar).
