La Demanda CLAP vencerá el capital comercial

Con la Gran Misión Vivienda Venezuela, que sacará del mercado a unos 12 MM de ​clientes quienes muy posiblemente estarán formando parte de la demanda CLAP, se reducirá la demanda de comerciantes.

Estos intermediarios ya están saliendo del juego en la medida que han venido formando parte de ese ejército de especuladores, ya que ​estos​ han abandonado el recurso de la competencia[1] que es fundamental en toda economía privada puesto que son los fabricantes e intermediarios que ofrezcan mercancías a menor precio quienes sobreviven en esa permanente guerra que caracteriza el libre mercado capitalista. Especuladores y careros suelen salir del juego por sí mismos.

Ha sido una irracional conducta antieconómica la asumida por estos intermediarios. Cuando el Estado ha regulado a precios máximos ha estado dejándoles un alto margen de ganancias muy por encima que el imperante en EE. UU y la Europa Occidental.

Cuando el Estado le ha suministrado materias primas y dólares económicos, ellos los han desviado, por citar sólo 2 de las más perversas y autorruinosas formas de ir a la bancarrota.

Durante más de dos años han estado trasladando la misma tasa de ganancia, ya de por sí especulativa, a los precios en alza que ellos mismos fijan de manera conjunta a lo largo de todos los eslabones de todas las cadenas de intermediarios, además del contrabando de extracción, la ralentización de la producción, la supresión de las presentaciones populares, etc., mediadas todas conducentes al hambre y molestia del pueblo, pero al mismo tiempo causa inequívoca de la propia ruina que se les avecina.

La postura política de fabricantes e intermediarios, empantanados en su terca ilusión anticonstitucional de salir del gobierno, los ha llevado a este callejón sin salida

De perogrullo que buena parte ellos ya sienten la baja de sus ventas en la media que suben los precios, una reacción por demás de alta racionalidad económica porque a mayores precios, menor demanda.

En la gráfica siguiente podemos ilustrar el mecanismo contable que los ha llevado a su propia ruina:

Allí vemos que el comerciante viene manteniendo una tasa de ganacia fija para cada nuevo precio de compra. Así, para una tasa = 100%, del precio = 10, pasa a 20, por ejemplo; de 20, a 40 y de este precio a 80. Con los precios 2; 40 y 80 se han embiolsillado 100% de ganancia, a pesar de que realiza el mismo trabajo, vende la mismas unidades de mercancías, pero como él tercamente se acoge a calcular su ganancia sobre el precio de compra, actúa como que si estiviera adquirieno más mercancías, digamos que adquiere al precio = 10, 10; al de 20, 20, y al de 40, y 40 unidades con lo cual realmente estaría capitalizando más capital con cada nuevo lote mercancías. Pero ese no es el caso: él toma la inversión de hoy para un volumen constante de mercancías y paga al precio nuevo, y a este precio le carga la misma tasa, en lugar, por ejemplo, de competir.

Las curvas en rojo de la gráfica dicen que podria vender a partir del precio = 10: a los precios = 20; 30 y 60 , para lo cual estaría reduciendo su tasa de 100% a 50%, con los precios de 30 y 60 respectivamente. Y hasta podría seguir rebajando su tasa de ganancia porque si invierte más capital más unidades vendería, pero, no; él quiere ganar más y más con los mismos 4 reales que siempre ha invertdido. Esta conducta resulta por demás criminal cuando se trata del delincuentes disfrazados de comerciantes.


[1] La competencia entre productores y entre intermediarios se lleva a cabo con el sacrificio de parte de la tasa de ganancia que permite el precio con el que el mayorista le compra al fabricante, y aquél les vende a los detallistas. Cuando decimos baja de precios, decimos baja de la ganancia sin que ello implique ninguna pérdida por parte de ningún vendedor.

 

 



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Manuel C. Martínez


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