Es falso hablar de bajo poder adquisitivo del dinero, de las monedas. Prefiramos hablar de salarios o rentas insuficientes.
Estamos escribiendo sobre el pago de los salarios, las pensiones y jubilaciones, en productos varios de la cesta básica y otros (Truck System). Las mercancías estarían dejando de ser tales y retomarían su carácter de valores de uso que, si a ver vamos, es lo que el trabajador entrega para uso productivo de los patronos cuando pone a su disposición el uso de su fuerza de trabajo.
Este reacomodo económico en materia de mercados significaría que el dinero está saliendo del juego ya que por ahora en realidad con bajos ingresos es muy poco lo que están haciendo los trabajadores y los beneficiarios de pensiones y otras rentas por montos cobrados en bajas cantidades de dinero.
El "truck system", o trueque practicado entre patronos y asalariados ingleses en su época industrial incipiente, lo aplicó el capitalista pobre cuando en su desenfrenado afán de enriquecimiento escatimaba todo tipo de remuneración al trabajador. Retenía para sí el dinero recaudado por la venta de las mercancías producidas por sus trabajadores y a estos les pagaba con productos varios en establecimientos que formaban parte de los talleres laborales.
Veamos unas cuantas igualdades matemáticas demostrativas de cuánto está recibiendo un pensionado con su sus Bs.F 40.000, aprox, que recibe actualmente:
Bs.F Mercancía Cantidad
03.000 azúcar 1 kg
00.400 plátano 1pieza
04.000 arroz 1Kg
10.000 queso blanco 1Kg
01.800 pan campesino 3 piezas
02.000 friegaplatos 1 pieza pequeña
19.000 girasol 1 Kg
40.000
Allí está una pequeña cesta que por sí misma se traga la pensión de un jubilado. Nos preguntaríamos: ¿tiene sentido la monetización de semejante compra? Pues bien, los Clap vienen a adelantarse como el método ya expedito de ir remplazando el carácter mercantil de los valores de uso.
La cesta básica cobraría su justo valor porque anularía todo el remarcaje de precios especulativos sobre precios especulativos.
Diríamos que pronto estaremos cobrando en especie y el cono monetario quedaría para compras muy especializadas por sus precios y por su carácter suntuario. La compra de materiales de construcción y maquinarias; el pago de alquileres de viviendas, las matrículas escolares de colegios privados y afines, pero para la adquisición de los bienes de la cesta básica ya no tendrá sentido que esos bienes de las cestas básicas pasen par las codiciosas manos de ningún intermediario.
Como quiera que el comercio poco a poco ha ido represando todo el circulante en sus cuentas bancarias mediante una especulación desenfrenada, es inferible que el Ejecutivo aprovechará la desmonetización de todo el cono saliente, y dé un plazo a todo los comerciantes para el canje correspondiente por monedas del nuevo cono, a condición-suponemos-de que el poder de conversión del cono anterior se ajustaría al valor extraoficial que ellos mismos han aplicado a los consumidores, a sus clientelas.
Hecha la conversión en dólares, luego a estos se les reconvertiría en bolívares del nuevo cono, pero a la paridad oficial legal y vigente.
¿Qué sentido tiene que los trabajadores se hayan empobrecido y esos comerciantes ahora laven sus billetes de Bs.F 100 con monedas del nuevo cono? A buenos entendedores, pocas palabras.