Por una huelga activa

Sorpresa: lo capitalistas jamás han invertido ni sufren costos de producción.

Hablaremos de un tipo de huelga sui géneris. Se trata de que trabajadores molestos ya impedidos para que sus patronos adecuen los salarios al precio de la cesta básica en la que, precisamente, son esos patronos quienes fijan a su entera voluntad dichos precios de mercado, los trabajadores ya molestos, decimos, suspenderían la producción desde adentro, y si continúan trabajando, toda la administración quedaría bajo su control.

Resulta lógica y coherente la conducta comercial: si el capitalista sube los precios, busca incrementar sus ganancias, pero, si sube los salarios, las anularía[1].

Ciertamente, el salario se ha venido indebidamente manejando como un costo de producción al lado del "costo" por concepto de materias primas y de otras compras que hace el empresario de la fábrica.

La idea de fondo es que los capitalistas no sufren costo alguno*. Lo que ellos han llamado inversiones no han sido ni son otra cosa que transformación de su dinero en otras formas de capital. Por ejemplo: dinero en materias primas; dinero en valores de uso completamente nuevos en los que el trabajador le transforma sus materia primas, por ejemplo, su hilo en tela; su harina de trigo en pan.

La clásica formula: D-M se refiere a la primera transformación del capital dinero en capital mercancías productivas, entre estas, la propia mano de obra: D-M (Mp y T, medios de producción y fuerza de trabajo, respectivamente).

Luego, dentro del proceso de trabajo de este proceso de producción capitalista, los trabajadores transforman aquellas mercancías (M) en unas nuevas (M’):

D-M (Mp +T)…P... M’, para luego transformar estas M’ en D´:

Así; resumiendo:

D- M…P…M´-D'.

Obsérvese que se trata de simples metamorfosis o transformaciones del capital dinero, D, ora en mercancía productivas, M, ora de estas en M', y luego transformación de estas en D’.

En esa cadena de transformaciones la mano de obra, como parte de M, se convierte, cual quark económico, en un valor de uso con un valor mayor que el valor del capital salario insumido en aquellas M, como mano de obra y propiamente como fuerza de trabajo.

Huelgas como esta, si bien son novedosas, estarían resolviendo el problema del salario mínimo que hasta ahora los fija el gobierno sin darse cuenta que está liberando a los patronos de su responsabilidad en el alto y creciente índice de inflación y de la poquedad de los salarios, al mismo tiempo que serán los trabajadores privados quienes discutirían con sus patronos el monto del salario mínimo y consecuentemente del resto de los demás salarios de sus tabuladores.

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  • Los únicos "inversionistas" que costean son los trabajadores que durante su trabajo en cada jornada consumen energía y a esta sí pudiéramos considerarla una inversión energética.

[1] Toda la dificultad para la mejor comprensión del pensamiento burgués está en que no se termina de entender y admitir que el trabajador no es un costo de producción. Decimos esto porque, para empezar, el trabajador primero trabaja y luego cobra parte del valor ya creado. Seguiremos aclarando este entuerto que, dicho sea de paso, escapa o es silenciado por colegas de la derecha y de la izquierda.



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Manuel C. Martínez


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