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Hay que liquidar estas dos pestes: ¡Especulación e inflación!

No hay, no puede haber buenas finanzas, donde no hay buena política. Buena política quiere decir, respeto a los derechos; buena política quiere decir, aplicación recta y correcta de las rentas públicas; buena política quiere decir, protección a las industrias útiles y no especulación aventurera para que ganen los parásitos del poder; buena política quiere decir, exclusión de favoritos y de emisiones clandestinas. Leandro Alem.

Venezuela registra una inflación según los expertos en la materia económica alrededor de un 1000% o mas, cuestión esta que llama la atención igual al desastre de un huracán, ya que esta desbastando al pueblo venezolano. La inflación golpea inclementemente a los asalariados, jubilados, y pensionados, y a los más pobres.

El combate a la inflación es un compromiso ineludible del alto gobierno ya. Nada de pañitos calientes, sino la erradicación definitiva de esta peste causante de un generalizado malestar social. No hay para donde coger ante esta desgracia, no pueden existir alternativas, que impliquen darle un margen de maniobra a los especuladores, y a la inflación, ya que esto esta teniendo un alto costo político para el gobierno bolivariano, y que tienen que soportar los grupos más pobres de venezolanos desprotegidos ante esta tragedia.

Es necesario empezar a liquidar la inflación estableciendo una nueva orientación del modelo económico actual, con esfuerzos radicales de cambios en la política económica, y así mejorar la distribución del crecimiento, y su calidad real.

Las expectativas para el 2018 tienen que ser con un cambio de tendencia en materia inflacionaria, con un proceso de regulación gradual de la inflación, hasta llevarla a los niveles internacionales.

Un rico país petrolero como Venezuela, no puede vivir asediado por la inflación, y la especulación. La moral del pueblo acosado por la pobreza, y el hambre se debilita, y el rechazo hacia el gobierno va en aumento. Hacia el 15-O, día de las elecciones de gobernadores, la situación del país es sumamente crítica; la inflación ese día debuta con niveles de superación del 1000% acelerando a una velocidad inusitada una arrechera social colectiva.

La política económica tiene que dar un viraje de ipsofacto teniendo como objetivo central abatir la inflación, Porque la situación actual es cada día más insoportable, donde el 70% de los venezolanos van ya por el último hueco de la correa por el hambre pareja desatada.

Este peligro que esta causando la inflación, al estar construyendo un clima de incertidumbre, y desconfianza de consecuencias impredecibles llevando al país al caos económico con profundas repercusiones sociales.

Esta peste inflacionaria no se puede consolidar hay que aplicarle una formula que la empuje hacia una tendencia decreciente. Hay que lograr una tasa de inflación de un dígito, y así reducir sustancialmente su nivel letal.

El gobierno tiene que aplicar según los expertos una política de austeridad, con una estricta disciplina monetaria, tiene que alejarse de esos caducos dogmatismos ideológicos comunistas del siglo XX; para lograr una moderada reducción de la inflación a comienzos del 2018.

El gobierno para el próximo año debe evitar que la inflación se dispare por encima de los altos niveles alcanzados este año, y empezar a desmontarla gradualmente, manteniendo una disciplina presupuestaria en su lucha contra esta peste. Con una política económica sensata con énfasis en el objetivo de combatir este flagelo. Hay que empezar a extirpar el tumor que promueve tan elevada inflación.

No se debe seguir alimentando la inflación, ya hemos visto el estrago que está causando, ya es insostenible en el propósito de mantener una estabilidad de los precios, y proteger el poder adquisitivo del salario del pueblo trabajador, ya que la situación económica del país es sumamente crítica.

El gobierno tiene que emprender una gran acción democrática en el área económica, y política para enfrentar los profundos desequilibrios que padece el país, ya que la situación es grave, y amenaza con tornarse explosiva. Reza un refrán popular que dice: "No hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista".



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Edgar Perdomo Arzola

Analista de políticas públicas.

 Percasita11@yahoo.es      @percasita

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