La situación inflacionaria no cesa, y pareciera no cesar en el corto plazo, porque sencillamente a mayores costos, mayores ganancias ya que el comerciante sigue aplicando la misma tasa de ganancia del día anterior. De esta manera, las miríadas de comerciantes, hoy multiplicadas en bodeguitas de ventanitas y en contingentes de buhoneros-extranjeros por excelencia- son los primeros en aceptar precios crecientes de sus proveedores.
El comerciante sería el mejor colaborador del Estado si este logra, de alguna manera hacerle cambiar esa perversa estrategia que le viene dando mucho dinero con cargo a al hambre que sin duda alguna se está acrecentando en Venezuela, rumbo a una peligrosa eclosión social. Con cada día que pasa sin detenerse más crece la probabilidad de su ocurrencia.
Por otra parte, insistimos, el papel de los CLAP que parece ser una solución a corto plazo, no avanza con la celeridad necesaria, sólo está retardando o la explosión social que ya nos luce inevitable.
La inflación va con cargo al desangrado de todas las familias que por tener ingresos muy desiguales, unos van empobreciendo primero y otros después, y esto es lo que ha retardado la explosión social, pero no las medidas tomadas por el gobierno ya que los precios siguen subiendo y el hambre también.
No puede asimilarse a una victoria de 18 x 5 si se tenía 20 estados y sólo 3 tenía la oposición, que fue la gran ganadora porque incrementó su poder en 66%.
Los comerciantes mantienen constante la tasa de ganancia, de manera que sus ganancias absolutas crecen en la medida que sus proveedores les incrementen sus precios de compra.
El gobierno debe dirigir su estrategia reguladora a una drástica reducción de la tasa de ganancia en la medida que el comerciante acuse crecida de costos.
El gobierno se ha limitado a frenar el hambre, pero como no hace nada para combatir la inflación lo que hace con una mano la destruye con la otra.
Esos precios crecientes parecen decirle al gobierno: O renuncian o seguimos incrementándolos. Nosotros le sugerimos ajustar los salarios a esa extorsión, pero sólo al trabajador burocrático y déjele los reclamos a los trabajadores de la empresa privada, a sus patronos que son los protagonistas de esta extorsión. La explosión social e la que estamos hablando podría ser la de una huelga general contra ese patrono extorsionador.
23/10/2017 08:11:25 a.m.