11-11-17.-Las Prestaciones Sociales representan compromisos financieros a mediano y largo plazos para todo empresario, y también lo hacen los salarios semanales y quincenales, los alquileres, etc.
Con los elevados precios de los insumos, de los sueldos y salarios-elevados-aunque insuficientes-, con el valor de los inventarios que cada día les resulta más impagables a tiempo a todos los empresarios; con los vencimientos del pago de capital e intereses sobre créditos contraídos, particularmente los de la pequeña industria, son motivos suficientes para avizorar un panorama crítico para ese pequeño y mediano productor que se ha prestado a esta descomunal inflación inducida.
Cierto que los CLAP están jugando un papel contrarrestante de la crisis de desempleo en la empresa privada que en potencia se avecina en términos clasistas, crisis que perjudicará principalmente al industrial menor y a sus correspondientes trabajadores, pero también perjudica a la mediana y alta empresa porque se reducirá la demanda de materias primas y de personal.
Efectivamente, la caída de la demanda es notoria e innegable. Los consumidores de los estratos inferiores de rentas ya han reducido el tamaño de sus cestas básicas en calidad y cantidad.
El empresario sigue manejando ingresos más o menos estables, pero cada vez con menor tráfico de mercancías. Como un componente de esas ventas de volúmenes decrecientes de mercancías son los elevados precios, la cantidad de mercancía cae en picado diariamente, máxime cuando estos comerciantes mediano y menor aplican una tasa de ganancia puntual máxima con cada suba de precios.
Muchos empresarios no podrán seguir operando porque el costo de mantenimiento en funciones de su capacidad en maquinarias y personal ya empieza a serles irrentables; reducirán sus niveles de empleos y hasta podría consumir las posibles reservas financieras que haya apartado para el pago de Prestaciones Sociales. Para entonces habrá presentado default. La economía comunal es y será la alternativa anticrisis.
