Hasta ahora, los apologistas de la burguesía han negado la explotación del hombre por el hombre con la plusvalía como trabajo realizado útilmente dentro de las fábricas y no pagado por el patrono.
Ahora, en las actuales circunstancia que vive la sociedad venezolana con estas desbordadas e irrefrenables crecidas de precios que evaporan literalmente los salarios y otras rentas, ninguno de aquellos defensores puede negar que, si no hay plusvalía, en sustitución de ella sí hay una especulación comercial que es otra forma de explotación hecha al hombre por el hombre, en este caso, los explotadores no son los patronos sino los comerciantes.
Así, cuando el gobierno sube los salarios y complementa los que paga el patrono, pudiéramos descubrir y confirmar que ya no hay plusvalía dentro de las fábrica porque es de esperarse que la suma de esos salarios, los pagados por el patrono y los recargos que les impone el gobierno, posiblemente no dejen opción a plusvalía alguna ya que se trataría de unos salarios cuyo monto requiere toda la jornada, pero, ahora, con esos salarios reforzados, el trabajador en condición de consumidor está siendo objeto de explotación conocida como especulación. Ambas explotaciones, plusvalía fabril y especulación comercial, son dinero que enriquece a los explotadores sean estos fabricantes o intermediarios.
