Qué impide la paridad 1$/1Bs.F

Teórica y razonablemente, la paridad de cualquier moneda nacional es arbitraria cuando su respaldo sea netamente fiduciario.

En comercio exterior, negociamos con aquellos países a los que les resulte conveniente-razonablemente conveniente-hacerlo con nosotros y se dé una perfecta coadmisión de ambas paridades, la del importador o exportador y la de nosotros.

Ahora que, como Venezuela no ha podido jamás ser dueña y soberana de sus riquezas porque fue primero colonia española y luego cayó en las garras del capitalismo importado y en el cual han predominado los intereses de EE.UU, entonces fuimos víctima de la imposición de normas financieras internacionales o burguesas.

Por ejemplo, jamás hemos podido fijar autónomamente el precio de nuestro petróleo, mismo que durante más de 100 años no lo vendimos directamente sino a través de concesionarias o compañías extranjeras capitalistas, las cuales, como sabemos, se despacharon y dieron el vuelto.

Hoy todavía el mercado fija los precios con lo cual, siendo los dueños originales, quedamos sujetos a unos precios convenientes a los importadores a quienes les quedan jugosas ganancias, además de la dotación o acaparamiento mismo de los recursos naturales que al sacarlos de nuestro país merman las posibilidades de desarrollarnos.

Esos precios siempre han sido fijado por el fulano precio internacional, a toda luces impuesto por las transnacionales intermediarias de este energético, como si se tratara de una concurrencia de muchos vendedores y muchos compradores.

Eso jamás ha sido así. Las transacciones internacionales de semejantes mercancías son directamente negociadas desde un país-mediante un representante que funge de vendedor-hacia otro que funge de comprador, o sea, estas mercancías pasan por el filtro de los intermediarios los cuales fijan a su antojo unos precios arbitrariamente bajo una apariencia de competencia internacional.

Entre esas normas financieras internacionales y monetarias burguesas destaca complementariamente la fórmula para el cálculo de la paridad monetaria = Bs.F/dólar. Ese algoritmo nos lo impuso el Fondo Monetario Internacional, de propiedad burguesa.

Dicho algoritmo había funcionado bien cuando las monedas estuvieron respaldadas por metales preciosos con lo cual la paridad resultante era homogénea y los faltantes o saldo pendientes de pasivo podían cancelarse con salidas de oro[1].

Hoy, el gobierno teme a que los capitalistas adquieran nuestras divisas a un precio tan barato como 1Bs.F por cada unidad, cada dólar, y llevárselos fuera del país. Esta actitud de temor e irresolución del problema cambiario responde a los malos hábitos ya sembrados en el comercio internacional, pero, sobre todo, responde a que se pasa por alto que cada dólar vendido al precio de 1Bs.F debe ser vigilado para que el destino de dicho dólar sea estrictamente el que haya señalado el comprador.


[1] Anécdota jactanciosa: En la materia pensumaria de Comercio Internacional de mi carrera como Economista, realicé una prueba escrita tal que mi profesor sospechó de haberla copiado. Fui sometido a una confrontación en su cubículo y con todo y eso no me reconoció el 20/20 que merecía. Había descubierto que la correcta comprensión de tales puntos tratados en dicha prueba superaban la comprensión misma de él como docente.



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Manuel C. Martínez


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