Contribución al análisis de la plusvalía

Una primera, popularizada, elemental y precientífica definición nos dice que esa palabra alude a un excedente de valor que nada ha costado a su poseedor; científicamente[1], lo definimos como el trabajo realizado y no pagado por los patronos capitalistas. La definición popular, por ahora, es meramente especulativa.

Se trataría de un valor sin paga alguna, adicional al valor que el trabajador crea a fin de compensar la paga-salario-que recibe por su diario trabajo durante una jornada preconvenida.

Durante el periodo feudal, el "plustrabajo" o el rédito que recibía el señor feudal era evidente: el campesino pagaba con trabajo sin paga alguna en tierras propiedad del amo a cambio de otros tantos días en otras tierras del mismo señor y de cuyos frutos se sostenía la familia, sierva o campesina en cuestión. Algunos de quienes podían arrendar tierras al señor, terminaron ricos, a manera de embriones de los burgueses que los relevarían.

Digamos que pagaba con trabajo gratis en tierras ajenas, aunque a cambio de tener una parcela (gleba) donde vivir y trabajar la agricultura para sí.

Ahora, en el sistema capitalista la explotación se recrudece desde su consolidación: el trabajador entrega plusvalía gratis como antes plusvalor, pero en lugar de autoabastecerse para cubrir sus necesidades debe ir al mercado con un salario, y allí lo aguarda pacienzuda y alevosamente el intermediario y la banca privada que le arrancan por concepto de especulación parte del salario.[2] Lo que ayer era la parcela, ahora son los medios de producción que entran en todos los procesos de trabajo y que son propiedad del capitalista como carnada para pescar plusvalía.

La economía clásica creyó y sigue sosteniendo que el salario paga el trabajo creado durante cada jornada completa, pero, si así fuera cualquier ganancia del patrono de asalariados tendría que buscarse en el mercado; sin embargo, a este sólo puede llevarse un determinado valor para recibir otro de igual valor, por trueque, o por una cantidad de dinero equivalente. Nadie compra un valor a un precio superior, salvo en los casos de comerciantes abusadores o usureros.

Ahora bien, el patrono paga un salario semanal con el cual-caso venezolano-da por pagados todos los días de trabajo de cada semana, independientemente de que el trabador esté obligado a asistir y trabajar sólo 5 días por semana y de que la ley-LOTTT-contemple pago de los días de asueto semanal, o sea, sábados y domingos, y días feriados.

Si eso es así, si patronos y trabajadores se dan por satisfechos o convienen en el monto del salario semanal, cabe preguntarnos: ¿de dónde sale la ganancia de los patronos?

La economía clásica y la vulgar burguesa afirman convenidamente de que su ganancia responde a economías en la compra y uso de los medios de producción, a la minimización de los salarios y a la reventa de las mercancías salidas de sus fábricas.

De esas 3 causas esgrimidas, sólo la tercera sería razonable. Sin embargo, esa interpretación desplaza el problema de la fuente de la ganancia de la fábrica al mercado.

Este es un tema que exige entregas complementarias.


[1] Albergamos dudas sobre la cientificidad que nos llega de fuentes burguesas por "científicas" que nos sean vendidas.

[2] Pareciera que el comerciante le arrancara parte del salario-es lo ocurrido en tiempos de especulación; esta se expresa con el dicho: "El salario se vuelve sal y agua, como agua entre las manos" El comerciante especula no sólo con sobreprecios respecto al valor trabajo, sino que se al revender una mercancía se queda con parte de la plusvalía compartida y cedida por el fabricante de sus inventarios, como así lo hace con los financistas de sus operaciones y con los terratenientes.



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Manuel C. Martínez


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