El dólar burbujeante

Una de las tantas depresiones económicas sufridas por la sociedad capitalista burguesa se conoce eufemísticamente como "El Crac del 29", así, crac a secas.

Peyorativa, pero realistamente, se trató de la horrorosa crisis llamada "Pompas de jabón", una suerte de fenómeno económico donde, cual elástico juguetico de niños crece y crece hasta que estalla, luego de haber absorbido contagiosamente más adeptos que los que el sistema económico puede resistir sin que ninguno de sus copartícipes pueda evitarlo ya que en cualquier tipo de solución preventiva que tome le iría su propia y personal destrucción económica.

Se trata, pues, de una ingeniosa estrategia montada silenciosamente y muy bien disfrazada. Tal sería caso del desarrollo industrial de cualesquiera empresa capitalista, que mientras más pasan los años, y acumula capital sin solución de continuidad, más se potencia su latente peligrosidad, cual granada libre de espoleta.

Pudiéramos decir que el llamado "el riesgo país" le es intrínseco a todas esas empresas burguesas; de allí la conveniencia, de que sea necesario pulsar la temperatura y que sea perfectamente válido estar midiendo estadísticamente la magnitud de dicho riesgo.

Bien, con el dólar, este ha estado permanentemente en riesgo de estallar, particularmente cuando, de moneda fuerte con respaldo en oro, adoptó forma fiduciaria.

La inundación de esta divisa representa una oferta de circulante capaz de forzar inflaciones de precios por todos lados, menos en su país de origen, por ahora. Paradójicamente, algunos países suelen mostrar escasez de semejante divisa. Este es el caso d e Venezuela.

Curiosamente, nadie con poder crítico ataca ese derroche de dinero que a ojos vista carece de contraparte, particularmente cuando ese capital se dedica a destruir en lugar de construir, con lo cual baja forzosamente la demanda de dicha oferta y debería, por el contrario, sobrevenir una devaluación galopante y preparar inevitablemente procesos críticos devastadores como aquellas pompas de jabón de amargos recuerdos.

Ahora, cuando esa divisa no pasa de ser una simple moneda fiduciaria que automáticamente se expone a poner frenos en su demanda, aun dentro de los atavismos comerciales y ascendencia política que indudablemente le brinda el país-ceca donde son acuñadas, aun así, decimos su excedente podría provocar bajas en su demanda, particularmente cuando alguna otra divisa toma las debidas acciones en aras de revalorizar sus monedas tan golpeadas por ascendencia del dólar como moneda estándar.

En el caso del Petro de reciente creación, esta moneda contemplaría entre sus fines defensivos contra dolartoday, que juega a la devaluación ad infinitum, respaldar al Bs.F con suficientes dólares previstos en su flamante moneda.

Se trata de reservas internacionales-en dólares- de hecho, tan ilimitadas, que hasta podrían traducirse en una excesiva revalorización, dada la baja cantidad de circulante frente a la masa de dólares disponibles en cuestión.

No queremos dejar pasar las advertencias de las Pompas de jabón o crac del 29.



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Manuel C. Martínez


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