Réplica al Artículo (VIDEO)Escuela de Cuadros examina ¿Qué es el plusvalor? con Fernando Hugo Azcurra

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Cuando Marx afirma que el capitalista no paga el Trabajo, se mostró parco en sus apreciaciones.

Hemos afirmando que de partida el trabajador asalariado es un trabajador discapacitado para vender trabajo, para vender mercancías fabricadas[1] por él mismo ya que las mercancías fabricadas en asociación contractual jurídica las hace con medios de producción pertenecientes a su contratista, al patrono correspondiente y a este pertenecen.

_ ¿Qué vende el asalariado? _Vende valores de uso que, al lado de los demás costes de producción[2], el capitalista los asimila a los valores de cambio que el mercado le permita. En esta onda interpretativa se mueve toda la literatura burguesa que busca negar la explotación del trabajador y atribuir al mercado la fuente de su ganancia.

¿Qué pasa, entonces, con el valor que entrega el asalariado como creador nato y exclusivo de valor trabajo?

El valor creado por el asalariado es en principio un valor de uso que en la sociedad capitalista debe ser vendido y para lo cual se logra estimar su valor de cambio = su precio determinado por el mismo mercado que le determino el precio de sus medios de producción.

Ocurre que el asalariado entrega los valores de uso sin poder determinar por sí mismo sus correspondientes valores de cambio, cuestión que se ve obligado extorsionadamente a dejarlo en manos de su explotador.

O sea, los valores de uso son usados como soportes físicos del valor abstracto que significa la estimación y logro de determinado valor de cambio-monetario- por el cual puede cambiarse esos valores de uso.

Los valores de uso sirven para ser vendidos por los capitalistas, salvo aquellos valores de uso que el trabajador cree para su consumo personal, familiar o comunal.

Ahora bien, mal puede valorarse lo que carezca de valor, aunque en el capitalismo se da valor a la tierra sin tenerlo. Los valores de uso creados por el asalariado sólo son valorables[3] y se les puede determinar tal o cual valor porque en sí mismo todo valor de uso es un valor cuando ha sido tocado por las manos de los trabajadores.

Por supuesto, el capitalista, ignorando que el asalariado crea valor, por causa de su ignorancia, o adrede, se limita a medir indirectamente el valor de reposición de la fuerza de trabajo y estima su valor según el valor de cambio de la cesta básica cuyos precios señala el mismo mercado. Es lo mínimo que podía hacer este desalmado explotador. Reponerle sus fuerzas, pero en verdad ni siquiera lo hizo durante muchas décadas con horarios de hasta 12 horas diarias y hasta más de lunes a sábado y en condiciones miserables (Caso de la infatuada Inglaterra durante su despegue industrial).

Por supuesto, también este valor de la cesta = el salario, y todo parece normal hasta allí. Pero cuando medimos el tamaño de la jornada por la que el capitalista paga la fuerza de trabajo, veremos que las horas durante las cuales el asalariado crea y repone es valor es menor que el tamaño de la jornada.

En consecuencia, los valores de uso creado durante las horas excedentarias le salen gratis al capitalista y son la parte que también vende, no según el salario del trabajador, sino según el valor de cambio que señale el mercado para las mercancías creadas.

Es más, podríamos considerar que el trabajador repone el valor del salario a lo largo de fracciones de toda la jornada, pero como suma de valor de cada hora de trabajo, y la parte de trabajo de cada hora no pagada pasa a ser plusvalía de cada hora que no entra en los desembolsos del capitalista.

En resumen: el capitalista compra valores de uso que valora en dinero; una parte de esos valores de uso medida en dinero son suficientes para cubrir el salario; en consecuencia, el remanente de valores de uso también tasados en dinero es lo que genialmente CARLOS MARX llamó PLUSVALÍA a fin de convalidar el trabajo de los asalariados como verdadera fuente de todo tipo de ganancias burguesas.

 

 

 

 


 

[1] Aclaramos que quien produce mercancías (valores de cambio soportados por valores de uso) es el capitalista, el dueño de la fábrica, mientras que el asalariado sólo produce valores de uso. Si el trabajador poseyera medios de producción entonces y sólo entonces vendería mercancías. Esta diferencia tiene muy confundido a connotados marxistas y marxiólogos. Confesamos que el propio Marx no fue muy pedagógico en este intricado y abstruso cruce de valores experimentado entre el trabajador asalariado y el adinerado capitalista. Por ejemplo, el colega Fernando Hugo Azcurra no logra llegarle a esa importante diferencia y niega que el capitalista pague el trabajo del asalariado y de allí cae en el trabajo excedente que tampoco logar analizar en consecuencia.

 

 

[2] Los medios de producción también son comprados como valores de uso al precio del mercado que logra su proveedor de dichos medios.

 

 

[3] Los clásicos de la Economía Política se devanaron los sesos para medir ese valor y su fuente sin hacerlo con precisión científica. No pasaron de ser especulaciones que sólo Carlos Marx pudo zanjar. Majaderamente, los Economista vulgares o seguidores ciegos de esos clásicos califican a Marx como un clásico más, con lo cual revelan y reafirman sus deficiencias en Economía Política.

 

 

 



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Manuel C. Martínez


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