De entrada: de los salarios mínimos, ajustados o no al valor de la cesta básica, se ocupa el gobierno luego de que los empresarios de la IV República lograron dejarle ese paquete al gobierno del Puntofijismo[1], paquete que heredó el Presidente Chávez y este legó a su pupilo, el actual Presidente Maduro.
Eso por un lado; por otro, los precios del mercado, los del libre mercado, son y han sido un asunto privado que ha corrido a cargo de los empresarios fabriles, comerciales, financistas y terratenientes. Los gobiernos suelen cometer injerencismo, intervencionismos o violaciones en esa materia; de allí la arraigada fortaleza e independencia que guarda el comercio frente a todo tipo de gobierno burgués.
Así, pues, nadie en su sano juicio y con un ápice de objetividad política-libre de payasadas-puede negar que la beligerante crisis que sí estamos padeciendo los venezolanos de la clase media ha sido la más eficiente estrategia emprendida por quienes ya saben que por ninguna de las vías no democráticas ni democráticas podrán volver a Miraflores, lo que no les impide a algunos infelices títeres de la política ofrecerse a pescar en río revuelto.
Así, pues, los únicos precios congelados en nuestra economía son los Salarios Mínimos, mismos que permanentemente van detrás de los precios de la cesta básica con una diferencia que cada día se ensancha terriblemente.
Inferimos que algo fuerte y contundente podría estar cocinando la Administración Pública para darle fin a esta tragedia económica que en nada beneficia ni siquiera a los victimarios ya que mientras más suben los precios, más devalúan el Bs. F y con ello devalúan su propio capital, el nuevo que acumulan a diario y el que tenían antes de esta locura pulperil y de mercachifles.
Ha sido un clamor de chavistas y no chavistas la necesidad de una congelación de los precios de la cesta básica, por lo menos, y desde los mismísimos tiempos del presidente Chávez.
Ante ese clamor sobre la imperiosa necesidad de ajustar los salarios con dicha cesta-como debe ser-el gobierno pareciera no está dispuesto a hacerlo por ahora por razones que desconocemos, aunque las respetamos.
[1] Desde su arranque, los empresarios cargaron toda la culpa de los bajos salarios al gobierno de turno.