1.- Toda mercancía se compone de 2 factores: El valor de uso que suele ser algo tangible[1], y el valor o valor de cambio que nos resulta una presunción[2]. Así, presumimos que sólo la mano de obra de ingenieros y albañiles pudieron haber hecho las pirámides de Egipto, la Capilla Sixtina; asimismo, los cuadros de los museos pictóricos, las joyas de la Corona, piezas musicales, etc. suponen el uso de alguna mano de obra.
El valor de cambio es invisible porque se trata de la transformación o conversión formal de cierta materia prima en un valor de uso con mano de obra especializada; es la fuerza de trabajo-materia-, que se traslada[3] a cierta materia prima.
2.- La mano de obra es el valor de uso por excelencia; tiene la particularidad de que es inagotable, es renovable y lejos de autoconsumirse, con su uso se crea un valor nuevo, un nuevo valor de cambio que repone su precio-su valor de cambio-y podría añadir un excedente de valor o plusvalía en el caso de la mano de obra asalariada.
4.- El Petro, como moneda destinada desde un principio al Comercio Exterior, escapa al vigente Control de Cambio lo que no la privaría de ser usada como ahorros personales con miras a inversiones posteriores mediante ventas en el interior del país, y compras o pagos en el mismo mercado internacional.
5.- La calderilla del Petro debe facilitar sus asientos virtuales para ser contablemente manipulable[4]; digamos: medios, tercios, cuartos, octavos y dieciseisavos del precio del barril de petróleo para el momento de su compra, un precio que será automáticamente ajustado, según la dinámica del precio del petrobarril a nivel internacional.
24/03/2018 08:59:55 a.m.
[1] Salvo cuando la mano de obra se presta al usuario de ella en primera instancia. Los servicios domésticos, los profesionales y técnicos, son bienes intangibles, pero son mercancías, bienes y valores de uso que no procesan materias primas, que se limitan a satisfacer directamente algún tipo de necesidad. Dejemos salva la mano de obra del esclavo, del siervo o del moderno asalariado no se lo prestan directamente al dueño de las materias primas sino a estas directamente como propiedad privada de aquel.
[2] Mientras una mercancía no exprese su valor en otra, el valor de aquella es una abstracción que se concreta en otro valor de uso u otra mercancía de igual valor ya que el canje es de valor por valor ´para que el intercambio de un valor de uso por otro cobre sentido y exactitud sin perdida ni ganancia para ninguno de los contratistas.
[3] Ese traslado de una fuerza, digamos, de la fuerza de trabajo al trigo para hacer pan, termina trasladándose metaforfoseadamente al comensal del caso porque lo nutre o carga de energía alimenticia, en estricto respeto a la conservación de la energía.
[4] No debe incurrirse en calderillas que no faciliten sus asientos virtuales. Recordemos las moneditas recientes que por su impracticidad comercial desde el primer día fueron rechazadas por sus usuarios.