1.- Las mercancías son diferentes gracias a sus diferentes valores de uso, pero por ser iguales en cuanto a su valor pueden ser adquiridas indistintamente con el mismo dinero y en la misma moneda, por así decirlo, digamos con dólares o con Petros, y en los mismos billetes o monedas propios de esas divisas.
2.- La ignorancia de muchos abogados resulta supina: Si bien el bolívar es la unidad monetaria oficial, en ninguna parte de la Constitución se prohíbe la introducción (creación) de ninguna otra moneda paralela con tal de que ella esté bajo la jurisdicción del Banco Central de Venezuela.
3.- La inalienabilidad del recurso petrolero se refiere a su venta o hipoteca entre particulares o de algún funcionario a un tercero sin que el producto de esa venta forme parte intrínseca del Presupuesto Nacional. En consecuencia, los Petros pueden asimilarse perfectamente a ventas de petróleo a futuro. Si el Petro resultare inconstitucional , también lo serían las ventas o exportaciones del recurso petrolero.
4.-Las diferencias de los valores de cambio son cuantitativas, mientras que las diferencias de los valores de uso son meramente cualitativas. Carece de sentido cambiar pan por pan, pero no así dinero por más dinero, lo que hace de éste una mercancía especialísima ya que por su uso representa a todas y cada una de las mercancías lanzadas al comercio nacional o internacional.
5.- El poder adquisitivo de una moneda siempre estará sujeto a los dictámenes del mercado capitalista debido a que el circulante o las monedas no necesariamente se hallan al alcance de todas las personas consumidoras de mercancías ni con la oportunidad del caso. Surge así el fenómeno del acaparamiento de mercancías y el desbalance[1] entre su volumen al valor y el volumen de circulante.
6.- Cuando se intercambia una mercancía por otra, ambos contratistas prescinden de su valor de uso, pero conservan su valor que está soportado por el valor de uso de la mercancía que nos es entregada en cambio.
7.- Toda ganancia surge cuando un valor de uso es empleado para ser intercambiado por otro, a condición de que quien vende una mercancía estaría previniéndose de recibir el valor de costo entregado más un excedente de valor que es como decir que debe recibir un valor mayor que el costo de la inversión en la fabricación del valor de uso en juego.
Obs.: La única mercancía que hay en el mercado con cuyo uso se puede crear más valor que el pagado por ella-salarios-es la fuerza de trabajo. Esta se caracteriza porque su uso consiste en añadirse a las materias primas que manipule a fin de hacerlas útiles, o a satisfacerle directamente a sus usuarios alguna necesidad en concreto; de allí que el trabajo sea la fuente social de toda riqueza al lado de la Naturaleza y su oferta silvestre[2] de insumos varios utilizables directa o indirectamente para la satisfacción de nuestras necesidades.
8.- La plusvalía permanece oculta en la contabilidad de costos. Es razonable que eso ocurre porque todavía sigue considerándose la ganancia como simple diferencia cuantitativa entre precio de compra y precio de venta[3]. Es decir, porque la ganancia sigue atada al proceso de compraventa, al proceso comercial y no productivo.
9.- El encanto del comercio sobreviene porque para obtener una renta, después del robo, no hay otra forma más expedita de adquirirla que realizar transacciones comerciales donde se entrega una cantidad de valor de cierta mercancía y se reciba una mayor cantidad de dinero y valor con su simple reventa.
10.- Sin Control de cambio significa bajo libre mercado ya que cuando este es intervenido por el Estado todas las libertades económicas que les son propias al comercio capitalista se trastocan; un resultado fehaciente lo estamos viviendo en beneficio de unos cuantos y perjuicios de buen aparte del proletariado. Las verdades suelen ser feas pero verdaderas.
Coloquialmente este encanto se expresa diciendo: Entrego menos por más, y de allí que usted podría insultar la moral del vendedor con denuestos de todo calibre; eso puede hacerlo en la mañana, y regresar por la tarde para comprarle de nuevo sin que lo halle disgustado porque usted le estará llevando más por a cambio de menos, según su concepto comercial. Esa es la operación que cree realizar[4] el fabricante, el distribuidor y el terrateniente
Queda a salvo el detallista que para hacerse rico debe, por lo menos, batir el cobre personalmente, aunque sólo lo haga con simples labores de vigilancia personal. Sin embargo, contablemente, carga a sus costos un "salario" autopagado. Digamos que inconscientemente se explota a sí mismo. Algo parecido le ocurre al proletario de altos salarios: termina creyendo que es bien pagado y olvida que a mayor salario mayor explotación, una ignorancia supina compartida plenamente por los sindicalistas formados en el seno del sistema capitalista. Ocurre que el patrono no cede un centavo de su ganancia con los incrementos salariales y demás supuestas reivindicaciones, habida cuenta de que, si a ver vamos, esas mejoras salariales son asimiladas a costes, a capital, y éste debe recibir sus correspondiente alícuota de plusvalía que, lejos de mermar tiende a crecer con la mayor productividad que suele ofrecer el trabajador mejor remunerado.
24/03/2018 02:52:12 p.m.
[1] Ese posible desbalance suele surgir frecuentemente por causa de un desequilibrio global o macroeconómico productivo y consuntivo entre las ofertas de medios de producción y sus correspondientes demandas, e igualmente entre las ofertas de bienes de consumo final y sus correspondientes demandas. Este es el tema modular del Libro III, Volumen II, de El Capital de Carlos Marx, concretamente allí se trata sobre la formación de los Precios de Producción, un tema generalmente evadido por legos y profesionales marxistas y no marxistas.
[2] La Naturaleza no crea valor sino valores de uso, por ejemplo, petróleo, hierro, cobre, vegetales, animales, etc. Estos valores de uso requieren la mano de obra humana para adecuarlos a nuestras necesidades; es así cómo surge el valor que dará a esos valores de uso un carácter comercial. Nace así la mercancía ya que los trabajadores no sólo producen valores de uso para sí, sino para terceros, y surge así la idea de mercado y del comercio cuando el volumen de producción de mercancías así lo va imponiendo.
[3] Sin embargo, la Contabilidad Burguesa se cuida de hablar de precio de compra y prefiere y usa el término costo de producción; así, se habla de Contabilidad de costos. Efectivamente, la mano de obra y su salario es tratada como un costo y no como el precio que se paga por el trabajo recibido del trabajador. Para aclarar este tema debe consultarse Carlos Marx, El Capital/ Mi obra, PRAXIS de El Capital.
[4] Decimos que es lo que creen que hacen el fabricante, el distribuidor y el terrateniente-los burgueses y los terratenientes-porque todos ellos atribuyen sus ganancias y rentas a la simple diferencia entre compras y reventas. Se oculta así que nadie, salvo en los casos de especulación, compra por encima del valor. Es principio o base para todo tipo de análisis compravender al valor. No tiene sentido que alguien compre al valor y venda por debajo de él, salvo en los casos de explotación o especulación. En el caso de los capitalistas, se trata de explotación de la mano de obra que suele vender su valor creado a un precio inferior de este, aunque el comprador ignore que esa compraventa con "descuento" sea la fuente de todo tipo de ganancia.