A Venezuela la sometieron a un proceso de desestabilización económica compleja tanto factores nacionales e internacionales de la derecha para obtener el poder político que perdieron desde el año 1999 y restaurar el control que mantuvo durante cuatro décadas, sin considerar los derechos humanos de más de treinta millones de ciudadanos víctimas de esta guerra no convencional. Esta complicada y multidiversa crisis económica vino asistida de una brutal hiperinflación; es decir de un proceso continuo de incremento en los precios de bienes y servicios, en virtud de la estructura económica capitalista que la rige, la página Dólar Today y ahora otras más que manipulan el tipo de cambio controlada por la burguesía parasitaria; pero también por la falta de control, supervisión y fiscalización de órganos como la SUNDDE al sector empresarial; así como el fenómeno del "bachaqueo", cuya instalación y dominio en la economía del mercado escapó de las manos del Estado. En realidad fue una alternativa dañina para la clase asalariada, beneficiosa por demás para las mafias del capital, de las redes de distribución y comercialización que operan desde Cúcuta. No obstante, es importante acotar aquí que el auge de nuestro cono monetario que se produjo en el siglo XX, puso en alerta a los EE.UU., ya que generó inversiones para el país. Ante esta situación en el año 1929, se produce la primera devaluación del Bolívar frente al Dólar (Bs. 3,90 por Dólar). Desde esta fecha hasta hoy día los desajustes de nuestra economía han sido inducidos por el imperio norteamericano producto de esa fortaleza que imperó desde nuestra época independentista. Con Chávez como presidente, el imperio y la derecha atacarían por todos los flancos, por eso el comandante implementó la primera reconversión monetaria en el año 2008, como una medida para frenar la inflación de ese entonces.
En el año 2016 Maduro realiza otra reconversión monetaria, también de tres ceros. La amenaza latente del gobierno colombiano para tumbar a Maduro generó dos sistemas de juego para desestabilizar nuestra economía: el valor del billete venezolano frente al valor del Bolívar como símbolo monetario. Nuestro vecino depreció nuestra moneda en la frontera bajo el supuesto de que nadie demanda bolívares, pero con una fijación muy particular por nuestro nuevo cono monetario, el cual revendían por encima de su valor nominal, como una política perversa para dejarnos sin dinero en efectivo y quebrar al país. Esta reconversión no surtió los efectos esperados por este ataque a la moneda y por la híper inflación que ha llegado a niveles inimaginables. El presidente Maduro lanza otra reconversión monetaria el 20/08/2018, con la reducción de cinco ceros, lo que indica que la hiperinflación está en un punto fuera de control, valor éste que se desconoce oficialmente por el gobierno, considerado un error puesto que la ciudadanía debe estar al tanto de esta situación mediante una política comunicacional en esta materia, explicando tanto sus causas como los efectos, las cuentas fiscales, los excesos de gastos, los pagos excesivos por concepto de deudas, o subsidios. Maduro se juega una vez más ir hacia la recuperación económica del país, ofertando un incremento del salario mínimo, un nuevo valor de la gasolina a precios internacionales, incrementos de impuestos (IVA y SENIAT), apoyar a la pequeña y mediana empresa cubriendo su nómina por un lapso de tres meses (tal vez prorrogables), anclado o referenciado al Petro. El presidente aplicó aquí el dicho "el fin justifica los medios": fijó los sueldos en Petros, pagarlos en Bolívares Soberanos, con base al valor del dólar negro, aceptando así la influencia que tiene esta divisa en nuestra economía desde el año 1929 cuando el imperio empezó a penetrar en nuestra economía.
No obstante, mientras el gobierno no logre controlar los precios en los bienes y servicios la recuperación de la economía del país seguirá siendo una quimera, o será una recuperación y sumisión al grupo de empresas de Lorenzo Mendoza, de la Procter Gamble, hacia el sector cárnico, hacia las empresas de telecomunicaciones (incluyendo CANTV y MOVILNET), hacia las mafias del sector transporte (aún continúan paralizados a pesar de fijarse las cuotas que ellos exigieron), hacia los banqueros que sacan nuestro billete para la frontera y hacia un órgano ineficiente como la SUNDDE que no fiscaliza, pero cuyo director premian colocándolo en un ministerio. Es inaceptable que estando la harina de maíz en Bs. F. 700.000 antes de la reconversión, la hayan aumentado en Bs. S. 20, por mencionar un rubro. ¿Cuántas veces al mes debe comprar una familia de tres miembros este y otros productos para consumirlos? Y así podemos ir sacando la cuenta de los demás rubros. Los cálculos se hicieron con base a un consumo promedio semanal para una familia de tres miembros. Ni hablar de los productos de higiene y limpieza, cuya suma de todos superan los dos mil bolívares.
La lucha de clase continúa (la clase obrera seguirá buscando el pan a merced de lo que dictamine la fuerza dominante), las empresas al servicio del capital siguen siendo los que tienen la última palabra y el control del imperio desde hace casi un siglo nos seguirá arrastrando. La propuesta de dolarizar nuestra economía por parte de la oposición se materializó gracias a Maduro. La estrategia fue muy asertiva, pero ésta debió venir acompañada con la firme postura de no dejarse arrastrar con lo que ordenen las grandes empresas del país, quienes han sido los verdaderos enemigos del pueblo. Los que firmaron este pacto de los precios por parte del gobierno parecen apoyar a este sector o hicieron un pacto para lucrarse a espaldas del pueblo. Sin embargo, no debemos perder el norte ya que todo este impulso puede escaparse de las manos. Es importante revisar cada uno de estos pactos, vigilando siempre toda la actividad económica del sector empresarial que no quiere aportar ni un ápice de propuestas positivas para contribuir a un equilibrio de nuestra economía donde todos nos podamos favorecer generando producción interna. Si ha habido errores en la fijación de los precios, pues que se vuelvan a revisar éstos hasta lograr un verdadero salario digno para toda la clase trabajadora sin sumisiones ante ningún sector del país. Parafraseando a Mandela "la verdadera libertad no es solo desamarrarse de sus propias cadenas, sino vivir en una forma que respete y mejore la libertad de los demás".