La superación de un sistema social ó de una economía imperante, reside en la capacidad de crecimiento de las nuevas fuerzas productivas que van a sustituir los viejos modos y elementos de producción dominantes. En Venezuela, ¿Qué es lo que se quiere sustituir?. ¿cuáles son los nuevos modos de producción?. ¿Quiénes son esas nuevas fuerzas productivas? ¿Cuáles son sus compromisos de producción?. ¿Quién es el órgano rector para dirigir este laborioso y espinoso proceso?. Creo entender en cuanto a estas interrogantes, que las mismas forman parte del debate ideológico y discusión interna del alto gobierno y sus responsables del área de planificación económica.
Me vino a la mente esas interrogantes una vez que el Presidente Maduro anunció las nuevas medidas económicas, sin estar acompañadas posteriormente de los necesarios compromisos de incrementos en la producción de alimentos. Son estos compromisos, y su cumplimiento eficiente lo que justifica la permanencia de un funcionario en una cartera ministerial. Más allá de esto, solo se podría calificar al ministro como de muy cercano entorno presidencial y de buena retórica, pero sin hechos concretos. Es decir, nada en los cojones.
Cómo no considerar un incremento de producción. Cómo no comprometer el aparato productivo que compense medianamente un incremento del consumo. El discurso político debe deslastrarse de retórica, que habla solo de lo que son capaces de hacer y no de lo que realmente han hecho, expresado en aportes a la producción. El discurso, solo debe hacerse acompañar con hechos, y la contundencia que aportan las cifras y datos estadísticos que son las que realmente avalan los resultados de la producción.
A más de un mes de anunciarse las medidas económicas, no se conocen de planes ni compromisos de los sectores productivos privados, públicos ó comunales, de incrementos en la producción de alimentos para los meses venideros. Se sabe por fuentes ajenas, lejos de las censuradas cifras estadísticas oficiales, que la producción lejos de incrementarse, tiende a bajar. Mantener los mismos niveles de producción y peor aún una disminución de la producción en una economía capitalista se impondrá el valor de cambio por encima del valor de uso. Es decir, se impondrá la mortífera ley del mercado de oferta y demanda y finalmente los precios se dispararán, como actualmente ocurre.
Un solo ejemplo: El salario básico, un día después de anunciarse las medidas económicas representaba un valor de 20 cartones de huevo. Hoy día ese mismo salario mínimo, solo puede adquirir 15 cartones de huevo.
El rescate del valor de compra del salario mínimo es prioritario mantenerlo y fortalecerlo. Por tanto, a los responsables del área económica les digo, saquen a relucir sus mejores prácticas, comprométanse públicamente con metas de producción y comiencen a declarar solo sobre hechos cumplidos.