El presidente Maduro informó el 07/11 que habían llegado los perniles importados para la mesa de los venezolanos durante las navidades venideras, dijo igualmente que la importación era para cubrir el déficit de carne swina, especialmente de perniles, planificada para el aumento de la demanda durante la época decembrina, Esta afirmación no obstante nos preocupó un poco porque espero que la Primera Combatiente en su condición de “ama de casa” pueda haber informado al Presidente que, si tomamos como referencia el precio actual de la carne de cochino, las alegrías decembrinas por concepto de consumo de carne de puerco estarán un poco lejanas, ya que los precios andan por las nubes al punto de que de haber estado por debajo del precio de la carne vacuna durante algún tiempo, en la actualidad duplican los ya inalcanzables precios de carne de res, no se si por casualidad, por especulación, o simplemente por aumento en el costo de producción, ya que la alimentación de los cochinos es casi exclusivamente a base de alimentos balanceados y concentrados lo que, hace que el precio varíe en relación a las variaciones del mercado de los insumos alimenticios para mantener la piara y por un problema de costos, las subidas de precio se reflejan directamente en el costo del animal que va al matadero y por ende en el precio de venta del producto final. Sr. Presidente con este panorama veo a pocos venezolanos disfrutando de los tan ansiados perniles navideños.
El elevadísimo precio que presenta en la actualidad la carne de cochino y la información dada desde la Presidencia de la República, nos impulsa pensar que el precio de venta al público no será como en otros años, donde el producto importado era vendido en los Mercales y PDVALes por debajo del precio de la carne de cochino nacional, este año muy afectado por la hiperinflación que estamos padeciendo, lo que infortunadamente nos empuja a suponer que, aunque abunde el pernil, sólo estará al alcance de un limitado numero de ciudadanos con poder adquisitivo suficiente para poder pagarlo.
Desafortunadamente presumo que, a la fecha es muy tarde para adelantar un programa que influyera a la baja en los precios; bien fuera con un plan de subsidios especiales para la carne de porcinos o no sé, si pudiera pensarse en un subsidio directo a los insumos navideños y no solamente el cochino ya que se ha adelantado en publicaciones de prensa por ejemplo que, para adquirir ½ kg. de aceitunas componente indispensable en el Pan de Jamón, es necesario invertir más del monto de un salario mínimo, ingreso de la mayoría de los trabajadores venezolanos.
En esta oportunidad el Presidente no quedó mal parado como en las pasadas navidades en las cuales, su palabra comprometida con la comunidad resulto hueca y los perniles importados brillaron por su ausencia, lo que de paso influyó en una escasez estacional al final del año y causo alzas desproporcionadas de la carne porcina, a pesar de que las federaciones de criadores de cerdos, no sé con qué base, auguraban que estaban en capacidad de atender el mercado nacional.
Es sorprendente que en aquella oportunidad, los porcicultores ofrecieran abastecer el mercado cuando hasta el Gobierno conocía cual sería la realidad hacia fin del año pasado, al punto de que procedió a adquirir los perniles navideños en el exterior en un intento fallido por atender la demanda decembrina; esta experiencia debió servir, de advertencia de que, algo afectaba negativamente la producción de carne de porcinos y que era necesario e inaplazable investigar para aplicar correctivos al respecto, Infortunadamente no se previó ninguna acción dirigida a mejorar el sector. Estimo que el comportamiento de los productores de carne porcina o estaban muy mal informados o trataron de revolver el río para pescar, cosa que creo lograron al menos parcialmente, sospecho que por la ineficacia del gobierno para afrontar el problema de los altos precios que, al final resultaros especulativos, especialmente los de los perniles para las festividades del fin del 2017.
La falta de visión del cuerpo gubernamental en muchas de las actividades ligadas a la economía en el sector agrícola tanto vegetal como animal ha causado graves molestias a la población y una muestra de ello es la caída en la producción porcina que, está muy ligada al deterioro del rebaño reproductor que, redujo el número de madres de más de 220.000 en 2012, a menos de 60.000 a finales del 2017, es decir prácticamente a la cuarta parte, con una caída final entre el 2016 y el 22017 de 80.000 a 60.000 madres; sin que se buscara una solución oportuna. Mermada la existencia de madres, por consiguiente mermada la producción de cerditos y paralelamente las piaras de levante y engorde al quedarse sin semovientes porcinos, causaron que muchos porcicultores bajaran la santamaría definitivamente, o hasta nueva oportunidad cuando mejores las condiciones.
La marcada escasez que hemos observado fue pronosticada por el sector de productores porcinos que indicaba una merma importante en la producción para el año 2018, realidad que fue desoída por el gobierno nacional que, por la característica particular de la cría de cerdos, pudo haber sido cuando menos paleada e increíblemente, al margen de la pretendida seguridad alimentaria, se descuidó un rubro productor de proteína animal que, sin mucho esfuerzo por la infraestructura disponible, pudo haberse activado y no tendríamos la escasez que confrontamos ni la necesidad de recurrir a proveedores externos para satisfacer una necesidad, para cuya cobertura se dispone de facilidades y suficiente material humano con preparación en el rubro que, de haberse atendido con inteligencia y prontitud y hubieran hecho un gran trabajo de autoabastecimiento. Seguramente escapó al Gobierno la idea de que, el desaguadero de nuestros productos hacia Colombia, también se tragó la producción de alimentos para porcinos, y al fallar el aporte de estos en el mercado nacional consecuencia de mantener un precio regulado, por debajo de su costo, favoreció el contrabando de extracción, ya que el alimento balanceado para puercos no se puede fabricar únicamente que con desechos y los llamados rellenos, porque requieren de una importante proporción de nutrientes de alta calidad que es necesario incorporar a pesar de su costo.
El entrante año 2019 será el primer año de su nuevo período presidencial, Presidente Maduro, esperamos que la tan mentada “recuperación económica” no se limite a pura retórica como ha sucedido con muchos de los planes anunciados y verdaderamente encaremos con seriedad y con inteligencia el acuciante problema de la escasez de alimentos y en el caso que nos ocupa, la recuperación de la cría de ganado porcino, podemos dar un gran paso en autoabastecimiento; estamos contra el tiempo para diseñar y poner en práctica un programa para cubrir al menos parcialmente las necesidades de carne porcina el año entrante y especialmente la cobertura de los célebres perniles de fiestas navideñas que, serían orgullosamente de producción venezolana y sin recurrir a su importación masiva que, de paso representa un riesgo de sanidad animal. Demuestre que su gobierno es capaz de abordar desde el principio un problema y llevarlo hasta alcanzar un final feliz y no fallido como tantos intentos que, a pesar de la buena voluntad se fueron por el caño, .porque de buenas intenciones está lleno el baúl de los fracasos.
Entiendo que en su equipo de gobierno tiene a quien pudiera pensarse sea la persona apropiada para con sus técnicos del Ministerio de Agricultura y Tierras realizar todo lo indicado sobre la planificación y puesta en práctica, con el fin de lograr la recuperación de la producción del sector porcino, comenzando con el presupuesto de financiamiento, y todo lo que se requiera para desarrollar tan ambicioso proyecto y por supuesto en paralelo, un plan agresivo de fabricación de los alimentos balanceados que garanticen a los porcicultores la seguridad del suministro de los requerimientos alimenticios, para cada grupo animales en el proceso de cría, levante y engorde. Entiendo algo de lo que estoy sugiriendo y sé que la base que se cree mediante este bosquejo de recuperación de emergencia del rebaño porcino, no alcanzará le excelencia deseada, pero comenzando con algo perfectible, cuando la premura no sea una enemiga, se avanzará en la mejora de lo realizado hasta alcanzar niveles óptimos de capacidad y calidad en años venideros, y quisiéramos oír decir al presidente: “Ahí tienen los recursos; Ejecútese, ya que es imperativo alcanzar esta meta en el corto plazo”.