Según el artículo 91 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, "Todo trabajador o trabajadora tiene derecho a un salario suficiente que le permita vivir con dignidad y cubrir para sí y su familia las necesidades básicas materiales, sociales e intelectuales. Se garantizará el pago de igual salario por igual trabajo y se fijará la participación que debe corresponder a los trabajadores y trabajadoras en el beneficio de la empresa. El salario es inembargable y se pagará periódica y oportunamente en moneda de curso legal, salvo la excepción de la obligación alimentaria, de conformidad con la ley. El Estado garantizará a los trabajadores y trabajadoras del sector público y del sector privado un salario mínimo vital que será ajustado cada año, tomando como una de las referencias el costo de la canasta básica. La ley establecerá la forma y el procedimiento".
Tristemente la casi totalidad de los asalariados en Venezuela no obtenemos ingresos para vivir con dignidad, y es que no ganamos ni 10 dólares mensuales, una cifra muy por debajo de lo que cuesta la canasta básica, una de las referencias para establecer el salario mínimo en la nación caribeña. Aunque no se crea, con un sueldo mínimo mensual apenas podemos comprar un cartón de huevos y un kilogramo de carne de res. Bien dura la situación para millones de venezolanos día tras día, que más que vivir estamos sobreviviendo en un país que claramente no tiene nada de socialista, si bien algunos líderes públicos aún le mienten descaradamente al pueblo con aquello del "Socialismo del siglo XXI", que solo ellos sabrán de qué se trata.
Ciertamente la complicada situación externa, con sanciones y bloqueos a la cabeza, ha perjudicado notablemente a Venezuela, en especial a los pobres, considerando el descenso progresivo de la producción de la industria petrolera, del PIB y de las reservas internacionales; sin embargo no se justifica que los asalariados tengamos que padecer de forma drástica por la crisis actual, mientras que las élites de igual manera se siguen beneficiando, incluidos los altos dirigentes chavistas-maduristas y "opositores", ineficientes y corruptos, que ni remotamente están pasando hambre, y además tienen el dinero suficiente para vivir una vida más que digna, incluso con lujos. Aunque esto no sorprende en realidad en un sistema capitalista como el que está devastando a la nación; en cualquier parte del mundo siempre hay una minoría rica y una mayoría pobre, que empobrece aún más durante las crisis socioeconómicas.
Menos de diez miserables dólares al mes, uno que otro bono y comida subsidiada muy de vez en cuando, es lo que apenas obtenemos millones de venezolanos, implorándole a la vida, por ejemplo, que no vayamos a caer enfermos pues una simple consulta en una clínica privada en Venezuela puede llegar a costar el equivalente a ¡4 salarios mínimos mensuales¡