Tenemos que recordar siempre la frase de Chávez ¨ La economía de un país es algo muy serio, como para dejarse solo en manos de los economistas¨. Cuestiono que se entienda que los economistas son aquellos superdotados quienes llevado de su mano y sus reflexiones, nos van a llevar por el camino del progreso. El parto y el crecimiento de las economías, la forjan los trabajadores con su trabajo. Luego se escribirá esa historia. Serán los economistas, con su laberinto de teorías económicas que expliquen el cómo y por qué, de los aciertos y fracasos, de estos desarrollos económicos.
Pascualina Curcio en su artículo sobre Los Salarios, dice que motivado a la hiperinflación inducida se han desplomado los salarios reales, y afirma que el BCV está entrampado en el dogma monetarista, donde como forma de equilibrar las cuentas fiscales del estado, se hace improcedente un aumento salarial de los trabajadores públicos. Para superar esto y lograr equilibrar este entuerto, propone incrementar por diferentes vías las rentas fiscales.
Pascualina cae en el mismo error del que critica. Pasa de una criticable política monetarista, a una totalmente fiscalista en una economía que no genera bienes y servicios de consumo que puedan ser pechados fiscalmente. Es decir, propone crear dinero ficticio.
Jesús Farías tiene que ocuparse de formular las críticas constructivas que requiere este proceso en materia económica. Las bondades y los logros de la política económica y social, las difunde bien el sistema informativo del gobierno y las conoce la población. Lo que se requiere, es que pongas tu liderazgo al servicio de alguno de los proyectos industriales inconclusos que dejó el presidente Chávez. Hoy necesarios e impostergables sus reactivaciones. Única vía para sobresalir de las dificultades generadas por las sanciones y bloqueos económicos a que estamos sometidos.
En mi condición de ingeniero y el haber estado involucrado por mas de 40 años en una economía real de producción de bienes y servicios, me atrevo a sugerirles que ambos acompañen una propuesta nacional para incrementar los sueldos y salarios de los empleados públicos. Veamos en que consiste:
Pascualina cuantifica el número de empleados públicos en 3.555.155 trabajadores. Esto representa una nómina mensual, calculada a un promedio de 5 $ por trabajador un monto de 17,8 millones de $. Pues bien, la propuesta nada fácil, consiste en la recuperación y reactivación definitiva del complejo siderúrgico de SIDOR. Veamos los números:
La producción de aceros de SIDOR es estimada en algo mas de 4 millones de Tn/año, puede generar un aproximado de 335.000 Tn/mes. Esta producción representa, considerando de manera conservadora un precio unitario de 1.200 $/Tn, una suma de 402 millones de $ de ventas al mes. Estimando una ganancia del 15%, representarían mensualmente 60,3 millones de $, que repartidos entre los 3,55 millones de empleados públicos, será suficiente para elevar sus salarios reales hasta 17 $ al mes.
Por otra parte, el procesamiento de esa producción de acero aguas abajo, significará que otras empresas, al procesarlas y comercializarlas, incorporen mayor valor agregado al ser convertidas en bienes consumibles y exportables. Solo así, creada esta riqueza, estos bienes y servicios podrán ser pechados fiscalmente. Recursos que servirán para incrementar las pensiones de abuelos y abuelas.
Cesen las discusiones estériles. Debemos saber administrar nuestros recursos y energías, ponernos a prueba emprendiendo grandes proyectos, concretos y duraderos. Porque solo el incremento de la producción de bienes y servicios, podrá neutralizar los efectos demoledores de la guerra económica que nos tiene declarada el Imperio Norteamericano.
