Auditórium

La *inflación* hace crecer la rabia en la población

"En política hay que sanar los males, jamás vengarlos". Napoleón III.

Este 14 de agosto de 2023 visité un FARMATODO, y me sorprendió ver un empleado sustituyendo los precios, en el estado venezolano de Anzoátegui, todo esto sucede en un país con un problema de inflación crónico, sin que nadie se atreva a ponerle el cascabel al gato.

La inflación me dicen reiteradamente los expertos en la materia, que siempre consulto, cuando les pregunto: ¿"Si yo fuera el presidente de Venezuela, que me recomendarían ustedes para dinamitar la inflación y erradicarla definitivamente de la economía del país"? "Y uno de ellos me contestó, amigo Perdomo, la inflación es una moneda con dos caras. Donde la más resaltante es la económica. Usted es un político inteligente, y no tiene que ser un experto en la materia para entender que una economía con una inflación alta es un cáncer, y donde todo funciona mal. Los ciudadanos viven arrechos, el salario alcanza cada día para comprar menos cosas, y el aumento en su mayoría especulativo de los precios genera angustia en la población. Al mismo tiempo, muchas empresas que no forman parte del lavado, tienen problemas financieros o no pueden planificar, y se ponen reacias a seguir invirtiendo y, por ende, hay menos generación de empleo. Se consume menos o crecen las deudas para poder seguir consumiendo lo mismo. Esto es lo que sucede en la actualidad en la economía venezolana, porque la inflación está llegando niveles que no se habían registrado en esta nación. Sin embargo, a pesar de estar con esa pata hinchá, la economía funciona. Aunque esta mal e ida a tierra, medio funciona.

La otra cara verrugosa de la misma moneda es la política o la politiquería. Los diarios aumentos de precios tensionan las relaciones sociales: mientras unos perversos comerciantes extranjeros, se llenan los bolsillos, otros venezolanos asalariados explotados por ellos mismos, apenas ganan para medio comer. No es que la cantidad de dinero extra que se llevan los aumentos de precios se evapore, sino que sale de los bolsillos flacos del pueblo trabajador, de jubilados, y pensionados para engordar más especialmente, a los que están más llenos. Y por eso es que vemos en aumento, que el deterioro de la calidad de vida del pueblo hambreado venezolano se traduce en una pérdida de popularidad para el gobierno bolivariano. Quienes son los que manejan las decisiones en la economía.

Es precisamente por este desgaste que se produce en el ejercicio del poder, a quien más debería preocuparle la inflación, es a los que manejan la cara política, especialmente a quienes están a cargo del poder Ejecutivo.

Es fundamental que los están en funciones de gobierno, pero que no saben nada de política entiendan, que la inflación es un nervio que toca al mismo tiempo a la economía, y al sistema político.

La inflación estimula el sentimiento anti gobierno porque hace crecer la sensación de que el gobierno no resuelve el problema, sino que es parte de el.

Si miramos las cifras, Venezuela es la región más desigual de Latinoamérica, la situación también se replica: la riqueza de los comerciantes extranjeros aumenta a un ritmo de millones de dólares por día, y creó nuevos súper ricos por los vehículos de alta gama que exhiben. La contracara de eso es la crítica situación social del pueblo trabajador venezolano en la base de la pirámide social: con el crecimiento de la pobreza extrema producto del impacto negativo de la inflación en la economía, esto causa que millones de venezolanos ya no alcanzan a comer lo básico.

El posible cambio de signo político en la Argentina este año 2023, luego de una dura crisis económica es evidencia de estos desequilibrios.

En la Venezuela de este 2023, el comer no puede ser un lujo. Es una necesidad básica. Y el aumento de la riqueza de estos comerciantes inescrupulosos no puede ser a costa del aumento del hambre de quienes menos tienen. Los altos precios que muestran sus macabros negocios son obscenos.

Frente al aumento de lo básico, de lo que hace falta para subsistir en el día a día, la sociedad venezolana demanda respuestas a los encargados de las políticas del gobierno. Esto lo saben bien los políticos de verdad en Venezuela, un país con un problema de inflación en estado terminal.

Aquí, muestro como ejemplo una correlación entre la alta inflación, y la derrota del oficialismo en las pasadas elecciones de Brasil, que destronó al presidente Jair Bolsonaro y eligió a Luiz Inácio Lula Da Silva como presidente en las elecciones presidenciales de ese año.

La respuesta a la inflación no debe ser solo una receta técnica de algún economista orillero. El aumento monstruoso de los precios debe registrar una lectura sobre quiénes pierden y quiénes ganan con esta situación y, sobre todo, buscar equilibrar la balanza. La dimensión política es, y debe ser un aspecto central para resolver este grave problema venezolano.



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Edgar Perdomo Arzola

Analista de políticas públicas.

 Percasita11@yahoo.es      @percasita

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