"Para fundar la sociedad nueva, los seres humanos deben aprender a guíar sus actos no solamente por el amor, que es siempre personal, sino por la percepción de su identificación con cada otro ser humano"
(La larga marcha hacia la sociedad comunal, Iraida Vargas y Mario Sanoja).
En nuestra imaginación, recreamos los tiempos de resistencia indígena frente a la invasión extranjera, el trato cruel e inhumano que sufrieron nuestros aborígenes por parte del invasor para ser despojados de lo que por derecho le correspondía. En los planes, el pillaje, el exterminio y el desalojo, integraban estrategias de dominio sobre territorios y riquezas "descubiertas"; aunque implicara el genocidio de grupos humanos que desconocían los niveles de maldad y ambición del rey y sus huestes, que tenían la tarea de lograr por cualquier vía el sometimiento de esa resistencia.
También en un ejercicio imaginario viajamos al período identificado en nuestra historia como "Guerra de Independencia", que convoca a luchar contra un enemigo instalado por más de 300 años, que produce una lógica interpretativa de la cultura que permea en lo económico y en lo social, que conforma clases y define privilegios que aún hoy se preservan por una herencia maldita de sumisión y conformismo, de vergüenza étnica y de identidad pérdida como base de una sociedad atada de pies y manos a valores extraños, en los cuales rendir culto al poder es más beneficioso que desarrollar sus propias capacidades, 1810; 1811 y 1812, son referentes inobjetables de la perdida de esa identidad, pues, hombres y mujeres que optaron por la Libertad, la Emancipación y la Independencia, tuvieron que enfrentar a connacionales que aclamaban y defendían el poder del rey y el gobierno de la corona española.
Continuamos en ese viaje, dando saltos de siglos y décadas, obviando hechos y personajes con la intención de hacer puntos de comparación sobre actitudes y comportamientos que han derivado siempre en la derrota de propuestas y proyectos que buscan dar a nuestro país bases firmes para su desarrollo y reconocimiento en el concierto de las naciones, así, nos encontramos con la muerte de Sucre, propiciada por la traición y la insidia de quienes aspiraban ganar posiciones e indulgencias con su majestad; en la Guerra Federal, la muerte de Zamora obliga a los incapaces a pactar el Tratado de Coche y con esto, matar al proyecto de "Tierras y hombres libres", beneficiando así a la oligarquía terrateniente.
El fantasma de la traición en la política venezolana alcanza a Cipriano Castro y su proyecto "nuevos hombres y nuevos ideales" , el artífice, su compadre, el hombre más cercano y de mayor confianza; de allí en adelante por cuestiones de espacio mencionaremos a: Medina Angarita, y su "reforma petrolera", el pacto de punto fijo y su carga ignominiosa contra la izquierda revolucionaria que acabó con la vida de hombres como: Fabricio Ojeda, Jorge Rodríguez, Argimiro Gabaldón y otros, traicionados en su intento de crear nuevos mundos, de darle un concepto mucho más humano al poder.
Parafraseando a Ali Primera: "Casi no han cambiado nada". El recorrido pasa bruscamente de lo imaginario a lo real, pues, la interpretación de lo actual nos tiene como testigos de excepcion, el concepto político de gobernar se mantiene en el ámbito de unos seres superiores que controlan la estructura del estado (y la usufructuan), y otros inferiores, subordinados, que aspiran a que ese mismo estado les beneficie, el problema político que se presenta para quienes se apropian de las estructuras de gobierno al intentar despojar a quienes han alcanzado alguna reivindicación material, es la resistencia de quienes lo han alcanzado y lo convierten en derecho, por tanto lo defenderán al costo que sea.
Es el caso de los estudiantes alojados en la Residencia Estudiantil Livia Gouverneur, que ha ocupado espacio y tiempo en las redes sociales y ha provocado reacciones en favor y en contra, como debe ser en un estado de derecho y en una Democracia Participativa y Protagónica. Asunto este, en el cual se deja constancia a través de testimonios gráficos, declaraciones y exaltación de protagonismos oficiales que buscan encubrir el uso desproporcionado de la fuerza, para lograr una medida amparada en la emergencia sanitaria por el covid19 en nuestro país.
El gendarme necesario de Vallenilla Lanz, se acerca mucho a la psicólogia aplicada por los cuerpos de seguridad del estado para cumplir órdenes de carácter político, allí nuestra interpretación la hacemos de manera responsable porque veíamos como la Policía Nacional Bolivariana era dirigida por jóvenes que fungen como "líderes" de movimientos estudiantiles y juveniles, actuando cuál verdugos encargados de ejecutar la sentencia y lograr la aclamación de un público cautivo por prebendas y subvenciones oficiales disfrazados de programas sociales.
Para conocer la historia debemos despojarnos de las gringolas ideológicas que nos imponen las clases dominantes, buscar el origen de las reivindicaciones alcanzadas con sacrificio y sangre. Estamos casi seguros de que estos pseudo líderes no tienen ni siquiera la más remota idea de cómo se alcanzaron beneficios estudiantiles, tales como: Pasaje preferencial estudiantil (hoy derogado por el gobierno "revolucionario); Comedores (que funcionan para el proselitismo político); Residencias estudiantiles (desalojados a la fuerza); Becas estudiantiles (instrumento de cooptacion); entre otros. Por algo las residencias llevan el nombre de una estudiante mártir, eso quizás tampoco lo saben, el tiempo de estudiantes brillantes, destacados por su inteligencia y no por su cercanía a círculos de poder, quizás haya pasado, pero la memoria trae insistentemente las luchas, el humo, el gas, la peinilla, la jaula, las desapariciones y los allanamientos a Universidades como acciones para impedir que el movimiento estudiantil se convierta en vanguardia de procesos de transformación en marcha.
Los ignorantes no pueden aspirar a que el conocimiento se convierta en sedante para el ánimo de un estudiante comprometido.
Henrry Franco y
Leida Coello,
Estudiantes de la U.B.V.