Pero y la tierra ¿no sigue en crisis?.

Fin de la crísis eléctrica

Estimados camaradas socialistas, en estos días próximos pasados, hemos podido ver como nuestro comandante presidente Chávez, ha anunciado la recuperación de los niveles de las represas generadoras de energía eléctrica del país, lo cual lo ha llevado a anunciar el próximo fin de la crisis eléctrica y por ende, el fin del racionamiento eléctrico y la suspensión de las medidas que se han tomado, en estos meses pasados, para paliar los problemas de índole eléctrico que se nos ha presentado.

Esta noticia no puede menos que alegrarnos y sobre todo, a aquellos compatriotas de las provincias, quienes son, realmente, los que han sufrido, de manera muy severa, esta carestía de la energía eléctrica, cosa que los caraqueños ni siquiera sufrimos de refilón, como ya dije, es motivo de alegría, además de reconocimiento, a la oportuna y rápida respuesta de nuestro gobierno ante esta crisis, adoptando las medidas necesarias para evitar un colapso eléctrico y además, de dejar montada una nueva estructura generadora, de tipo termoeléctrico, que permita afrontar una nueva crisis, amen, de permitir generar una mayor cantidad de kilovatios, que permita mantener un desarrollo económico.

Ahora bien, todo esto suena muy bonito y es ejemplo inequívoco de una buena gestión gubernamental y entonces se dirá, dónde está el pero, pues bien, el pero está en que la Tierra, nuestro querido planeta, sigue en crisis y en una crisis que cada vez más grave y de mayor dificultad de arreglo. Entonces y en vista de lo anterior, que creen que sentirá el planeta con la instalación de 25 nuevas plantas termoeléctricas, es decir, plantas que generan electricidad o bien, quemando gas o quemando combustibles provenientes del petróleo, en fin, plantas generadoras de contaminación ambiental.

Una vez más, se nos presenta la eterna lucha, entre el desarrollo y progreso sostenido de los pueblos y la salud de la Tierra y como ha ocurrido, desde tiempos inmemoriales, la Tierra siempre pierde y entonces, porque no aprovechamos que somos una revolución originaria, que nos tenemos que reinventar y refundar desde cero, para entonces, hacer una revolución también en el apartado de la lucha por el cambio climático y la preservación de la Tierra y ojo, que es más fácil que lo que se pueda imaginar, lo único que hay que hacer es suavizar un poco el enorme razonamiento que hemos vivido en los últimos tiempos y mantener, además, un sistema de premio y castigo monetario en la facturación, para que por lo menos en el apartado de la generación y el consumo eléctrico, seamos un poco más conscientes y más ecológicos.

Permítanme explicarme mejor, porque si acabamos de pasar por una grave crisis eléctrica, que obligo al gobierno a restringir el acceso a la electricidad, a casi todo el país, haciendo que estas zonas tuviesen que modificar su estilo de vida y de producción económica, entonces dijo yo, porque no aprovechamos todo este bagaje y mantenemos esta enseñanza, porque no mantener el racionamiento eléctrico, claro está, no todos los días, ni por muchas horas, pero si un racionamiento muy estudiado y consensuado con la población y los centros de producción, que permitiera no sobrecargar, a la ya maltrecha naturaleza, en la eterna producción loca y desmedida de recursos energéticos.

Aprovechemos esta coyuntura, que gracias a la naturaleza y a la gestión gubernamental, estamos pasando, pero no perdamos la enseñanza y permitamos, con nuestro cambio interno, nuestro cambio en los hábitos de vida y de producción, para comenzar un verdadero cambio climático, que traiga un poco de alivio a nuestra maltrecha Tierra y humanicemos un poco más a nuestra sociedad.

El otro aspecto al que me quiero referir, es al que mejor le funciona a una sociedad capitalista como la nuestra y no es otro, que el castigo directo al bolsillo del consumidor, ese es realmente el mejor método para forzar a la población a modificar su aptitud de gasto y despilfarro. Este podría quedar de forma muy similar a lo que han aplicado últimamente, inicialmente se establecería una banda de posibilidad de consumo, es decir, que se puede variar el gasto mensual, entre un 20% mas o un 20% menos y a partir de ahí, habrían los castigos o los premios.

Para explicar mejor lo anterior, tendríamos, que por ejemplo una familia que gastase 350 Kwh en un mes y al mes siguiente gastase 440 Kwh, se le aplicaría un castigo de una multa de un 100% a lo consumido en ese mes o si el gasto es más, la multa seria de un 200%, como esta en vigencia actualmente, pero de la misma forma debemos premiar el ahorro, así que el que ahorre un 20% tendrá un descuento de 30 o 40% y si la reducción es notoria, hasta se le podría exonerar el pago en ese mes.

Todo lo anteriormente expuesto es pura forma y estoy más que seguro, que hay personas mucho más preparadas que yo para adecuar la metodología, que mejor efecto trajese a este asunto, mientras que el fondo y por ende lo realmente importante de lo que estoy tratando, es la clara iniciativa del gobierno de mantener un gasto racional de los recursos energéticos, y por ende, se lograría, de esa manera, aliviar en un poco la enorme presión que estamos ejerciendo sobre nuestra ya muy maltrecha Tierra.

El ayudar a mantener y recuperar la Tierra no es difícil, ni muy complicado, lo único que requiere es una cuota se sacrificio diario de todos nosotros, pero y me pregunto yo, si para salvar a nuestra Tierra y por ende para salvarnos a nosotros, no sería ese el mejor sacrifico que pudiésemos hacer.

pito0726@hotmail.com.




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Alfredo Domínguez Fernández


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