El Ministro de Energía Eléctrica, Alí Rodríguez Araque dijo que ya se ha iniciado el Plan Morosidad Cero destinado a cobrar las deudas que tienen con CORPOELEC instituciones públicas y privadas por concepto de consumo eléctrico detectable. Las primeras tienen deudas por un monto cercano a 1.000 millones de dólares y las privadas cerca de 500 millones de dólares, un plan loable y relativamente sencillo de aplicar si hay voluntad política y apoyo de las más altas autoridades del Estado. Sin embargo, estoy convencido que no es ese el único camino ni el más contundente para que CORPOELEC obtenga los ingresos necesarios para mantener a la empresa sana y que además pueda efectuar las inversiones para incrementar su oferta de servicio.
La vía obviamente menos sencilla pero con potenciales ingresos que supera con creces la deuda detectable es el combate al consumo clandestino de la electricidad o fraude eléctrico de grandes consumidores, también llamadas pérdidas no técnicas, pérdidas negras o "robos de luz", el cual oscila entre el 30% y el 50% de la energia entregada a los usuarios, dependiendo de la región del país, alcanzando un promedio nacional del 30% (no incluye las pérdidas técnicas las cuales se ubican en un 10%). El mismo es provocado por consumos no previstos en los respectivos contratos de servicio suscritos con los usuarios de la energía eléctrica, mediante conexiones clandestinas o consumos indebidos no conocidos por la empresa eléctrica formal, los cuales, en consecuencia, disminuyen sustancialmente la efectividad de la campaña de recaudación de electricidad que está llevando a cabo el Gobierno Bolivariano.
Al respecto, es fundamental señalar que, dada la magnitud de estos consumos clandestinos de electricidad, se ha podido determinar que las mismas están ubicadas en el grupo de grandes consumidores industriales, comerciales y residenciales. La razón es matemáticamente explicable. Con respecto al sector residencial, un 20% de estos suscriptores consumen menos de 500 KWH (zonas populares) y solo un 2% de estas sustracciones clandestinas corresponden a este sector residencial de bajo consumo, vale decir, las zonas mas humildes, por lo que un plan para atacar este problema debe estar dirigido a un grupo muy reducido de establecimientos (grandes consumidores) y no a los estratos populares de la población. Una simple medición permite precisar que el consumo en esas zonas populares no alcanza el 5% de la demanda total de electricidad, por lo que resulta matemáticamente imposible que "los robos de luz", que alcanzan el 30% , sean totalmente atribuidos a estas zonas (como ciertas personas están interesadas en hacer creer), ya que su porcentaje en este aspecto llega a duras penas al 2%, como dije antes.
En la década de los años 80 una mafia de Lectores- Cobradores de CADAFE, empresa del Estado que servia a mas del 80% del teriitorio nacional, tenían y exhibían sin ningún recato ingresos muy superiores a su salario, apoyados tanto por sus jefes inmediatos como por los sindicatos. Los mismos tenían en aquel entonces empresas paralelas dedicadas a ofrecer acometidas directas a cargas críticas que evadieran su medición y/o el "arreglo" de medidores, especialmente a los comerciantes de gran consumo como hoteles, licorerias, restaurantes, frigoríficos y zonas residenciales de clases altas, por sumas de dinero importantes. Por esos dias en las zonas populares comenzaban a conectarse directamente, pero eso sí lo atacaban con saña para aplacar la exigencia de las autoridades del entonces Ministerio de Fomento de disminuir a como diera lugar las llamadas pérdidas negras o robos de luz, obviamente los resultados eran casi nulos. Estas "empresas" que se dedican a vender fraudulentamente la electricidad a grandes consumidores selectos son ya, hoy en dia, toda una institución paralela a la empresa de electricidad formal, es decir, sigue siendo como antes un negocio redondo.
Quienes cometen este tipo de fraude son inmunes a cualquier medida de recuperación de pérdidas mientras no sean descubiertos, y esto último no es nada fácil, ya que en los últimos 30 años el problema ha persistido sin dársele una solución definitiva. Los motivos son muchos, sin embargo, ninguna autoridad de las empresas eléctricas ha estado nunca interesada en atacar este grave problema. Lo que si esta muy claro es que su detección es muy compleja debido a las trabas que imponen las personas interesadas en que eso no se descubra, o al menos que no sea evidente.
Los elevados niveles de pérdidas de energía eléctrica inducen a la implantación urgente de un sistema de Gestión de Auditoría y Recuperación de Energía, gerenciado con profesionales comprometidos con la Revolución, con la suficiente autoridad y competencia, además de los recursos para llevar a cabo las acciones necesarias. Debe contar con el apoyo técnico de personal especializado, responsable de la recuperación, con experiencia y manejo de campo en auditoria y supervisión. Es necesario también contar con equipos capaces de detectar los fraudes, prevenirlos y subsanarlos.
Algunas acciones inmediatas que podrían llevarse a cabo se resumen a continuación:
1.- Llevar a cabo operativos que permitan lograr el control de la energía entregada a cada sector industrial, comercial, o residencial de alto consumo, a fin de ubicar las zonas con mayor índice de pérdidas y aplicar allí los correctivos aceleradamente.
2.- El control de la energía entregada por sector se logra al establecer en la factura correspondiente un código que asocie al suscriptor con el sector de baja tensión, el alimentador troncal de alta tensión y la subestación de distribución.
(*) Trabajador Jubilado del mppcti. Ingeniero Eléctrico USB, Caracas, Enero 1976. Maestría en Sistema de Potencia. RPI, Troy-NY, Agosto 1982. Maestría en Investigación de Operaciones y Estadísticas RPI, Troy-NY, Agosto1983. Militante del PSUV
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