En cualquier sistema eléctrico existen límites en distintos ámbitos. Hay límites mecánicos, térmicos, de estabilidad angular y de estabilidad de voltaje. Este último, es un fenómeno poco estudiado por lo que decido explicarlo para que sea de conocimiento público.
Dependiendo de los parámetros eléctricos de la línea (ya sea de transmisión o de distribución), es decir, resistencias, inductancias y capacitancias, existe un límite de potencia activa y reactiva que puede entregar la línea. El límite al que me refiero, no es un límite térmico, sino un límite de estabilidad de voltaje del sistema. Este límite es fácilmente identificable en las curvas PV y QV. Además, este límite es alcanzable y por ende llegar al colapso del sistema sin que ninguno de los otros límites mencionados anteriormente sea alcanzado.
Lo interesante de este proceso es que no ha sido ampliamente estudiado ni es ampliamente conocido, y por lo tanto difícilmente identificable cuando ocurre.
Tal como he mencionado en artículos anteriores, este es uno de los problemas neurálgicos del SEN, más allá del déficit en generación. Este problema está ocurriendo actualmente en algunos de los colapsos del sistema pero no siendo identificado, ya que el común denominador de los profesionales encargados de la supervisión del SEN no se podrá explicar por qué si cierta parte del sistema está lejos de su límite térmico (corriente), el sistema colapsa.
Por esta razón, y tal como lo he mencionado anteriormente, es necesario un equipo multidisciplinario con personal altamente calificado en los problemas neurálgicos que he mencionado en los artículos anteriores, para la completa solución del problema en el menor tiempo posible, es decir, sin la aplicación del ensayo y el error.
También reitero el planteamiento que aunque lleguemos a lograr la estabilidad del sistema, hace falta aplicar luego criterios de calidad de energía y no conformarnos con lo primero.
Ingeniero Electricista