Llevando el petróleo de la Faja del Orinoco al puerto de Chancay en Perú y luego Asia y China

Recientemente en Perú inicio funciones el Puerto de Chancay financiados por China y el cual permitirá el incremento del intercambio comercial de América Latina, con toda Asia y no solamente con China, si se crean las estrategias económicas y políticas adecuadas para ello. Estas políticas son esenciales que las elaboremos pues Estados Unidos no lo va a hacer.

Considero así que se abre una oportunidad para nuestro país de acceder con más facilidad a los mercados petroleros asiáticos los cuales presentan mayores tasas de crecimiento que los tradicionales de Estados Unidos y Europa, los cuales además están encerrados en arcaicos conceptos que no le permiten adaptarse a la velocidad del capital y tecnológica de esta nueva etapa del sistema.

Una posibilidad para nuestro país sería estudiar la instalación de un oleoducto desde la Faja Petrolífera del Orinoco hasta el puerto de Chancay, en Perú y la construcción de un terminal para carga y descarga de buques petroleros. Esta vinculación podría ofrecer beneficios económicos sustanciales y significativos a mediano y largo plazo para Venezuela al diversificar sus rutas de exportación, facilitar el acceso al creciente mercado asiático y generar actividad económica. Sería además la materialización del proceso de integración, ya que permitiría activar económicamente las regiones y países por donde pase.

Sin embargo, la viabilidad del proyecto dependería de la capacidad Venezolana para asegurar, un análisis exhaustivo superar los desafíos técnicos, ambientales y geopolíticos y la inversión necesaria para su financiamiento, y llevar a cabo negociaciones exitosas con Perú garantizándole buenos beneficios y otros actores relevantes interesados o beneficiados como pueden ser Japón, China y Rusia.

Entre las ventajas y beneficios económicos para Venezuela estaría la diversificación de las rutas de exportación ya que actualmente, la principal ruta es a través del Caribe y el Atlántico.

PDVSA, ofrecería un acceso más directo a esos mercados y podría reducir los tiempos de tránsito y los costos de transporte en comparación con las rutas tradicionales que implican rodear África o pasar por el Canal de Panamá (supeditado a congestión y tarifas). Igualmente un acceso más directo a los mercados asiáticos podría facilitar un aumento en el volumen de petróleo exportado por Venezuela, con el consecuente incremento de ingresos por ventas de hidrocarburos. Inclusive a nivel de precios nosotros no tenemos por qué estar supeditados a los mercados imperialistas y dada nuestras reservas y bajos costos, ofrecer mucho mejores precios a cualquier comprador.

es el volumen de la inversión de capital, que Venezuela actualmente podría tener dificultades para financiar por sí sola. Se necesitaría inversión extranjera sustancial de parte de los países asiáticos receptores básicamente.

Entre los aspectos que hacen difícil esta posible iniciativa venezolana se encuentran los desafíos geopolíticos, que vale la pena enfrentar por todos los interesados por la magnitud de los beneficios a obtener. El primer desafío es con el Hegemón, que se encuentra en una etapa muy delicada de "ni me mires y no me toques" que podría plantear una disminución de su control sobre América del Sur y enojarse. También tenemos que la ruta del oleoducto atravesaría diferentes países que pueden plantear desafíos, geopolíticos, de seguridad y regulatorios en cada país, lo cual conlleva negociaciones complejas.

Un factor de la mayor importancia es el impacto ambiental ya que tendría un impacto ambiental significativo, evitando pasar por selvas y territorios vírgenes, lo que requeriría estudios detallados y medidos de mitigación efectiva.



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Oscar Rodríguez E


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