Pero vender CITGO por miedo a una expropiación en EEUU o por los litigios internacionales que hoy enfrenta PDVSA o alegar su rentabilidad (CITGO reportó $ 2.200 millones en el período 2005-2007 durante la presidencia de Félix Rodríguez) no es más que un acto de miopía y manipulación política. ¿Qué justifica hacer refinerías en Ecuador, Cuba, Brasil, Nicaragua, Irán, India y China o comprar otras como la de República Dominicana? Será que éstas no van a estar sujetas a los litigios internacionales?
Esta gerencia no ha tenido la valentía de hablarle claramente al país, privatizó la Faja, y aunque se mejoró sustancialmente las condiciones al pasar las regalías del 1% a más del 16%, la cruda realidad es demoledora: las trasnacionales que eran administradoras de contratos ahora son socias de PDVSA en la Faja Petrolífera Hugo Chávez, y todos los años reportan en sus balances financieros su participación porcentual de las reservas de los bloques de la faja, utilizando dichas reservas como garantías financieras en los proyectos que ejecutan en el mundo en un proceso de bursatilización de las reservas que hoy tiene en jaque a Méjico y que a nosotros nos ocurrió sin darnos cuenta
Algunas consideraciones que también son medulares: la diversificación de nuestros mercados resultó ser una estrategia absolutamente acertada, pero es incomprensible retirarnos del principal mercado energético del mundo, siendo además donde obtenemos la mayor rentabilidad de nuestro crudo por lo barato del flete y la cercanía del mismo. Otro elemento tiene que ver con la geopolítica, durante la guerra de Vietnam los vietnamitas ganaron primero la guerra en la opinión pública de Estados Unidos y después militarmente en Vietnam, hoy la población latina está cerca del 30% en EEUU, CITGO con su programa de combustible barato para calefacción de los pobres y otros programas abre un vínculo político y social de mucha importancia para la Venezuela atacada y amenazada por los halcones. Por otra parte, a quién se la vamos a vender? La refinería de Lyondel se la vendimos a socios de Bush y en una operación donde pudimos haber obtenido alrededor de 200 millones de dólares más.
La venta definitiva de CITGO es una decisión política y no económica, por el contrario, tiene más que ver con su valor estratégico y el futuro del desarrollo de nuestras potencialidades energéticas. Considero que la venta de este complejo refinador va en contrasentido al 3er Gran Objetivo Histórico del Plan de la Patria: “Convertir a Venezuela en un país potencia”, porque es contradictorio desarrollarnos como una potencia energética vendiendo nuestros principales activos. Por otra parte, es fundamental que se discutan las razones para justificar su privatización, en qué se usarán los recursos? O esto va ser un misterio como es hoy el manejo de los recursos obtenidos en las privatizaciones anteriores? Se usarán para cubrir el déficit fiscal?, lo que sería un craso error, o para invertir en la Faja?, si es esta razón, porqué no endeudamos a CITGO y le otorgamos un bloque de la faja para su desarrollo?, tal como hemos hecho con tantas trasnacionales, O vamos a disminuir nuestra deuda externa? Cuánto le vamos a dejar al Tío Sam en impuestos? Allí se paga desde un 25 hasta un 35%.
Vender CITGO y las Refinerías en el exterior puede ser un acto tan criminal para el país como lo fue definir nuestro Crudos Pesados como Bitumen, vendiéndose según la cotización de la tonelada de carbón. Si se planificara apoderarnos del 20% del mercado de combustibles en EEUU usando la capacidad de financiamiento de CITGO, el Departamento de Estado se preocuparía mucho más que con la compra de armas a Rusia. Otra alternativa es que CITGO utilice su capacidad de financiamiento para invertir en la Faja Petrolífera del Orinoco o en un Megaproyecto de generación eléctrica con Orimulsión.
En definitiva los gringos le van a temer más a un crecimiento de nuestra participación en su mercado de combustible que a la compra de Sukoi.
@williancontigo