El problema suscitado en la refinería El Palito, que provocó el retardo en la distribución de gasolina en los estados Lara, Portuguesa, Carabobo y Yaracuy, desde el pasado domingo 19 del presente mes, me hizo recordar los espantosos días del golpe petrolero de diciembre del 2002 y enero del 2003. Las colas en las estaciones de servicio anunciaba la jerga popular sobre "la incompetencia del presiente Nicolás Maduro para resolver los problemas del país", todo sazonado con los ingredientes mágicos de la viveza criolla, la elucubración de una estrategia política partidista y la posibilidad de activar un referéndum.
Las megas colas para surtir combustibles, además de servir para hablar paja del gobierno, sirvió para hacer nuevas amistades, fomentar las existentes y claro está, para burlar y criticar a toda y todo chavista que llegara a equipar.
En las colas se oían vulgaridades y obscenidades de mujeres con "pintas de señora", de "tremendas damas", con sus portentosas camionetas- lo que me certificó que no es exclusividad de los bolivarianos, como los escuálidos quieren hacer ver, el hecho de ser chabacano o tierrúo. No faltó el que se quería colear, ofreciéndole algo más de plata al islero (bombero), de permitirle llenar adicionalmente un bidón de 20 litros.
Los taxistas, como siempre queriendo sacar ventaja, intentaron hacer una cola solo para ellos, situación que no se les dio, al igual que los Policías, Guardias Nacional, Cicpc, Protección Civil, también quisieron colearse; puedo entender que por su labor de resguardo del orden público, así como de servidores públicos no pueden estar varados, sin embargo, como fueron vistos sacándole gasolina a las unidades para echarla en envases cerrados y vertiéndola en carros particulares, se prendió la sampablera.
Para algunos sesudos analistas del oposicionisno y personas ligadas al escualidismo, el problema en la distribución de El Palito a Maporal y Yagua, obedece a un ensayo del Gobierno de mi presidente Nicolás Maduro, para ver la reacción de la gente cuando anuncie el aumento de la gasolina y prever los mecanismos sociales de respuesta, otros dicen que esta es una forma de distraer al pueblo sobre los problemas de inflación, inseguridad y escasez, para desubicarlo en tiempo y espacio, hay quienes aseguran que es un auto saboteo por parte de PDVSA, para unificar criterios en torno a la estatal petrolera y rechazar de esta forma cualquier nuevo intento de paralización de la industria.
Quiero dejar claro que todo esto y más, fue lo que oí mientra hacía la descomunal colita, pero hubo un comentario que en realidad me causó risa y asombro por la certeza y seriedad con que una señora en su camioneta doble cabina Tigger, dijo: "en verdad que en Venezuela ya no se puede vivir, hay que irse, no se, a España, Italia, Portugal, mi esposo si sabe como es la cosa, tuvimos la oportunidad de irnos en año 2001 y no lo hicimos por tontos y por los niños, pero en verdad que me quiero ir de aquí". Bueno si eso es lo que desea, que Dios la bendiga, pero eso si, sí se va no regrese, por favor, aquí no queremos falsos venezolanos.
