A Delcy Rodríguez con estima y consideración…
La intención de explotación petrolera en el territorio Esequibo no es nada nuevo, tiene antecedentes históricos. Lo nuevo es el plan orquestado por las grandes transnacionales y el Departamento de Estado de EEUU en armonía con un sector del gobierno (saliente) de Guyana y una corriente política del Partido Progresista del Pueblo (PPP, por sus siglas en inglés) que se identifica como "ala cívica". Plan que hoy es celebrado, aplaudido y reimpulsado por el nuevo gobierno de Guyana.
En junio del año 2000 Surinam expulsó a trabajadores de una plataforma de exploración de CGX Energy que laboraban en una concesión, otorgada por el gobierno de Guyana, ubicada en un territorio en disputa entre ambos países. En septiembre de 2007 un Tribunal Arbitral de la Organización de Naciones Unidas -ONU- sobre Derechos del Mar dio la razón a Guyana. Fue una decisión controversial que levantó suspicacias y preocupación en países vecinos. Dejó entrever que detrás se movían grandes intereses transnacionales.
En noviembre de 2009, la Royal Dutch Shell emite un comunicado en el "Wall Street Journal" de Nueva York donde anuncia que "está abriéndose paso la explotación petrolera costa afuera (offshore) en Guyana. Se espera encontrar reservas de hidrocarburos similares a las descubiertas en el campo "Jubilee" en Ghana…América del Sur y África están separadas por el océano Atlántico aunque ambos continentes estuvieron unidos hace millones de años, pertenecen a la misma formación geológica".Concluyen su anuncio invocando las circunstancias de Angola en el 2007.
Un mes más tarde (diciembre 2009), Canacol Energy Ltd. anunció la actualización del inventario de recursos petroleros existentes en la cuenca del río Takutú (Esequibo) y aclaró que había realizado exploraciones preliminares y encontró petróleo ligero (42° API). Groundstar Resources Ltd. (en sociedad con Canacol) comienza a licitar la instalación de taladros y servicios conexos con miras a la perforación y estima concluir la construcción de plataformas de perforación para el primer trimestre de 2010.
A comienzos del año 2010, la sociedad Canacol- Groundstar inicia perforaciones en Rupununi (Esequibo) y en mayo construyen pistas de aterrizaje, pozos y proyectan la construcción de viviendas para el personal. En su estrategia financiera constituyen una subsidiaria denominada "Takutú Oil and Gas Inc." Acción que se desarrolló bajo la coordinación de Samuel Hinds y Robert Persaud (Primer Ministro y Ministro de Agricultura, respectivamente para ese momento) y al mismo tiempo cumplieron el papel de operadores políticos en representación de las corrientes políticas dominantes dentro del Partido Progresista del Pueblo (PPP).
El 29 de enero del año 2010 David Goldwyn, Coordinador de Asuntos Energéticos Internacionales del Departamento de Estado de EEUU, realiza una visita a Guyana con el propósito de presentar una propuesta de asistencia técnica para el manejo de los recursos petroleros. Acompañado de Karen Williams (Encargada de Negocios en Georgetown) y un equipo de asesores realiza reuniones con distintos sectores del gobierno, empresarios privados y representaciones diplomáticas. No se conoció resultados oficiales de esta visita. Ante el acoso de los medios de comunicación Goldwyn señaló que "estamos aquí no para recetar un modelo en particular, sino para ver si hay alguna forma en la que podamos ayudar en la administración de los recursos". Esta visita puso en evidencia la intervención directa del Departamento de Estado en un plan de explotación petrolera que, hasta ese momento, mantenía en reserva mucha información dado el interés geoestratégico y las repercusiones para el proceso de integración de América del Sur y El Caribe. CARICOM nunca conoció, formalmente, las características del plan, ni evaluó su incidencia en el Mercado Común del Caribe. A los pocos días, el Departamento de Estado de EEUU anunció la inclusión de Guyana en el programa "Iniciativa para la Gestión y Capacitación Energética" por su potencial petrolero. Se consumaba el comienzo de un plan de ejecución a corto plazo.
En abril del año 2011 un grupo de empresas petroleras norteamericanas, bajo el auspicio y coordinación de la Embajada de EEUU en Georgetown, se dispone a invertir 75 millones de dólares para construir una pequeña refinería en Guyana con el único propósito de recuperar y controlar el mercado del Caribe Oriental que se encuentra incorporado al Acuerdo Energético Petrocaribe cuyo contenido considera y valora el desarrollo social como primer objetivo. Es así como representantes de "Prime Energy and Chemical Llc", "Kuai Energy Systems" y "Chemex Llc" se reúnen con el Presidente Barrat Jagdeo y acuerdan la construcción de una refinería cuyo objetivo adquiere una dimensión estratégica a decir del Jefe de Estado de Guyana. Este proyecto y sus bemoles se han mantenido en absoluta discreción, quizás por la dinámica política de América del Sur y la fortaleza de Petrocaribe.
En junio de 2011 Giancarlo Ariza, representante de la Repsol anuncia la constitución de una sociedad entre Tullow Oil Company, CGX Energy y Repsol para iniciar estudios sísmicos y de pre-perforación con una inversión de 30 millones de dólares. Toda su acción se desarrolla en el territorio Esequibo.
El 26 de enero de 2012, sorpresivamente, Donald Ramotar (recién electo Presidente de Guyana) propicia una reunión oficial con la Exxon Mobil (en Guyana) con la participación de Svein Utskot (Vicepresidente para América latina), Paul Brown (Director de Proyectos para América del Sur) y Miltón Chaves (Director de Asuntos Públicos y de Gobierno para América Latina). Aquí se consuma la entrega del Bloque Stabroek a la Exxon Mobil y la Shell. Este bloque fue redimensionado proyectando la pretendida ampliación de la Plataforma Continental a la que aspira Guyana, afectando de manera directa nuestra salida al Atlántico. El Delta del Orinoco vuelve a estar en la mira de las fuerzas imperiales como estuvo desde 1841 hasta 1899. Nadie conoce esa licitación y el alcance de una soberanía limitada sobre un espacio territorial en controversia.
Hasta ese momento Guyana adjudicó concesiones petroleras que se realizaron bajo misteriosas licitaciones que comprometen buena parte del Esequibo sin que apareciera la Exxon Mobil como protagonista y adjudicataria del mayor bloque para la exploración y explotación. Roraima, Pomeron, Stabroek, Georgetown, Corentyne y Berbice son los 5 grandes bloques otorgados en concesión a empresas transnacionales. Los 3 primeros (Stabroek, Pomeron y Roraima) comprometen nuestra libre salida al Atlántico como vía para la comercialización de los productos de las empresas básicas y la faja petrolífera del Orinoco. Su arbitraria línea de proyección no sólo compromete la zona en reclamación, sino que ocupa una zona del Delta del Orinoco.
Como complemento a las consideraciones anteriores, a mediados del año 2011 Tarachandra Kellowan (Director de Asuntos Administrativos de CGX Energy), junto a funcionarios del gobierno de Guyana, anunció el inicio del proyecto de Puerto de Aguas Profundas a construirse en la desembocadura del río Berbice para atender buques de gran calado para bauxita y petróleo con apertura hacía el nordeste de Brasil por la vía de Lethen a través del puente sobre el Takutú (Esequibo). La empresa encargada del proyecto sería Ballast Nedam (Holandesa) con la participación del sector privado y la colaboración directa de GO-INVEST (Guyana Office Investment) cuyo presidente, para ese momento, era Geoffrey Da Silva actual Embajador de Guyana en Venezuela. Este objetivo también ha estado (y está) en la agenda diplomática de Brasil.
La desleal e irracional política petrolera de Guyana con el auspicio de fuerzas transnacionales y la orientación del Departamento de Estado de EEUU está colocando en situación de riesgo nuestra ubicación geoestratégica, compromete nuestra Soberanía Territorial, busca desestabilizar el desenvolvimiento de Petrocaribe y puede convertirse en un obstáculo para el proceso de integración de América Latina y El Caribe. Estas pretensiones afectan el desarrollo económico del país y buscan crear un conflicto entre países hermanos para torpedear la paz que impera en la región. Es parte de una novedosa estrategia intervencionista que no ayudará al desarrollo de Guyana y busca perjudicar a Venezuela y su proceso de cambio político y transformación social.
Venezuela debe actuar con cautela e inteligencia. Sin perder tiempo. Frenar la conjura pasa por atender las formalidades diplomáticas y avanzar en terreno político con la fuerza necesaria. Construir las alianzas posibles. Informar al pueblo venezolano con absoluta claridad y prepararlo para las consultas necesarias. Marcar la defensa del territorio como mandato constitucional insoslayable.
Es imperativo convocar al Embajador de Guyana en Venezuela para exigirle las aclaratorias a que haya lugar. Presentar un informe completo a la Comunidad del Caribe (CARICOM) para propiciar un debate integrador, reafirmar el compromiso con la política de los "Buenos Oficios" de la ONU propiciando el nombramiento del nuevo "Buen Oficiante", informar a todos los signatarios de Petrocaribe sobre las implicaciones de esta política puesta en marcha por Guyana.
Todo ello requiere con urgencia la conformación de un equipo de trabajo donde se articule el conocimiento sobre la realidad social y política de El Caribe y nuestra geopolítica petrolera en el marco de la nueva realidad mundial. Así mismo, es impostergable devolverle a nuestra Misión Diplomática en Guyana la fuerza política e integradora que tenía hasta hace poco para profundizar una visión de la nueva realidad política de Guyana en el contexto internacional y construir las respuestas necesarias e impostergables. La inercia institucional es otro enemigo a vencer…
Darío Morandy
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@dariomorandy