"Se amable y cariñoso con la gente que no es amable contigo,
ellos son quienes más lo necesitan".
Anónimo.
Venezuela con esta peste del covid-19, está viviendo la peor tragedia de su historia republicana, ha dejado a la ciudadanía sin movilidad, al no tener acceso a la gasolina, debido a que la mayoría de las estaciones de servicio del país se encuentran cerradas, y las que están en funcionamiento solo surten a los cuerpos de seguridad, y a los grupos paramilitares, y a regañadientes al sector de la salud, y otros privilegiados como los comerciantes árabes, y chinos con chapa, pero restringiéndole a ‘Juan Pueblito’ el abastecimiento normal de su cacharro.
Así lo refleja la carencia total de combustible en este otrora rico país petrolero, estamos entrando a una fase terminal. Pdvsa hasta el año 2000 refinaba, y procesaba un millón cuatrocientos mil barriles aproximados al día que permitían autoabastecer al país, y exportar el excedente de unos seiscientos mil barriles de productos refinados, toda está productividad se vino abajo debido a la copia del modelo fracasado del socialismo real del siglo XX, que derrumbó a la URSS, y mantiene a Cuba con 60 años de pobreza, y miseria, un modelo fallido, que ha fracasado también en la Venezuela del siglo XXI. Hoy la ex nación petrolera, mendiga en los mercados internacionales petroleros la importación de gasolina para poder subsistir. Se requieren la compra de unos 300 mil barriles diarios, para no terminar de enterrar la alicaída economía agroindustrial productiva venezolana.
Las personas conductoras de motos, vehículos particulares, taxis, por puestos, buses, y busetas, hasta las vulgares ‘perreras’ en el país no tienen acceso a la gasolina, muchos la adquieren de forma ilegal, a 1 y 2 $ el litro. Los centros de salud públicos, y privados están sin médicos debido a que el personal no tiene como trasladarse a sus lugares de trabajo.
Todo se ha agravado por la presencia en Venezuela de la peste china o covid-19, el nombre científico otorgado por la OMS a este virus. Se obliga a los venezolanos a través de un estado de excepción, que guarden una cuarentena, cuando no hay garantías de acceso a los servicios colapsados, de agua, electricidad, hospitalarios, internet, telefonía, transporte público; ni a los más elementales insumos básicos para poder cumplirla. Esto es una burla para la sufrida, y empobrecida población, que sigue aguantando la pela, en la peor degradación a la dignidad del venezolano. Esto es una aberración inaceptable de decirle indirectamente al ciudadano que no les importa su sufrimiento mientras se sigue elogiando al gobierno de Cuba, como modelo.
En Venezuela el sector transporte de los alimentos debe hacer largas colas en las estaciones de servicio. Así como los de la producción pesquera, porque no tienen gasolina para surtir sus lanchas, y así también el transporte público privado, como también el de los servicios de ambulancias privadas quienes no tienen prioridad para surtirse.
La gasolina que se raciona en el país es importada, porque las refinerías venezolanas no producen ni medio litro de combustible. El gobierno pretende ocultar la crisis del combustible con la pandemia, pero es imposible tapar la tragedia, que está causando más estragos que la fulana peste china. La escasez de gasolina ha prendido las alarmas en los últimos días, el reciente motín de motorizados en la Autopista Regional del Centro, estuvo a punto de encender la mecha, sin gasolina no hay atención médica oportuna, ni transporte, ni comida, esto si arruina, y mata a Venezuela.
Venezuela corrió con suerte con esta peste, porque la crisis económica impedía que los venezolanos salieran al extranjero por viajes de placer o de negocios, y por este motivo según expertos consultados, la escasa movilización de viajeros por los aeropuertos y puertos del país, hacia Europa, Asia y USA, impidieron que el virus entrara masivamente al país.
Toda la dirigencia política venezolana ante esta grave crisis más que todo socioeconómico, y en menor escala sanitaria, no se pueden quedar inertes ante esta horrenda situación, todos debemos reaccionar, y construir o buscar la solución a esta Emergencia Nacional. ‘Aunque lo cortes, no quita lo valiente dice una máxima popular’, el líder de la oposición, Juan Guaidó, quien dice tener el apoyo de 50 países, y de USA, donde está la filial de pdvsa, como lo es la empresa CITGO, debería interceder para que el país sea abastecido de gasolina, y sea vendida a precios accesibles, y así evitar el bachaqueo, y el contrabando, mientras se recupera la economía, en común acuerdo, con Nicolás Maduro, quien es el que tiene el poder real en el país.
Creo que este es el único camino viable para solucionar la crisis agudizada por el covid-19, y así garantizar que la población tenga acceso a alimentos, medicinas, y servicios básicos, en una ‘cohabitación forzosa" entre el gobierno, y la oposición, para que no se sigan malversando o despilfarrando los recursos, que lograsen conseguirse, con una gestión de alto nivel provenientes de la ayuda internacional.
Lo cortés no quita lo valiente es una frase muy trillada, que se ha utilizado hasta la saciedad. Es muy antigua entre los políticos con entereza de estadistas, la conjunción de cortesía con valentía. Sin embargo, es frecuente ver que las buenas maneras, la cortesía, la delicadeza, la aversión a lo destemplado, el alejamiento de la chabacanería, no se unen con facilidad a la entereza, a la templanza, y a la firmeza sino que se confunden muchas veces con la agresividad, y la conflictividad.
Muchos políticos venezolanos de todos los lados no están locos. Están atolondrados. Ante este desastre no hay más que escuchar lo que dicen, observar lo que hacen, y mirar sus alforjas, y modus vivendi. Es una tarea apasionante porque refleja el escaso juicio que muestran algunos políticos demostrando que un loco puede, a veces, ser ocurrente. Es deprimente porque, con frecuencia, sus locuras les llevan a terminar de destruir el país, enloquecer más a las masas hambrientas, y seguir fabricando tragedias. Hay orates políticos como arroz picado que son locos de atar. Pero, a veces, existen locos que hablan cuerdo. En la historia han existidos locos inteligentes, y geniales que han aportado a la humanidad esperanza, y remedios. Otros, han aportado genocidios como este que están viviendo los venezolanos. Los ha habido también torpes, depredadores, intransigentes, y asesinos que han sumido a las personas en víctimas de verdaderos infiernos de necesidades. Locos de remate. Algunos políticos opositores ahora conversos de nuevo cuño, fabrican ahora atolondramientos de ‘diálogos’ de alto riesgo, desayunando versos de hiperinflación. Son locos de remate, alocados, y estúpidos. O ambiciosos que quieren reconquistar el Esequibo, y recuperar la Corona de la Virgen de Coromoto. Metiendo a sus seguidores en veredas de tragedia, y espacios de odio. Creen que Dios son ellos, y los demás un rebaño de borregos brincando zanjas. Un loco hace volver, loco a muchos otros que los siguen. Hay dictaduras que son más duras que otras, o más populistas o más populares, que es lo mismo, pero no es lo mismo.
Ahora es la resurrección de las carmelitas descalzas las que están en pleno desarrollo, aquellos políticos, de mirada triste, y cara buena, que la especulación desalmada, fanática e hija de la mala calidad de vida, los quiere convertir en héroes, santos, mártires o apóstoles.
Saltarse la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, y a las más elementales leyes de convivencia, y democracia, sin que pase nada, no crea que sea un precedente deseable para nadie. Ni aun para los conversos vestidos de revolucionarios. Hay actos circunstancias situaciones avatares decisiones coyunturas suertes y vicisitudes, y lances muy serios, y complejos como para que unos "iluminados" crean que todo nuestro día a día es algo a voluntad de la parte contratante de la primera parte de Marx. Listísimos o locos o aventureros, o sinvergüenzas, o colonizadores árabes y chinos, o cuerdísimos cuerdos a secas, no es ninguna credencial especial que faculte para soslayar aquello que es obvio, y al alcance de cualquier mínimo sentido común. Si creemos o queremos creer que la democracia, y las leyes, y la Constitución deben ser el alba de cada mañana, no es difícil predecir que nos van a dar hasta en la cedula, porque nos los merecemos, y además por ser un "bronch" de enanos mentales que siguen pensando que, aun a estas alturas con toda esta tragedia que vivimos todos los venezolanos, este país es pan comido a su merced.