Venezuela es la alternativa energética para el hemisferio occidental, pues sus reservas de hidrocarburos tienen capacidad para abastecer a toda la región, destacó el ministro Consejero para Asuntos Petroleros de Venezuela en Washington, Fadi Kabboul, en el Congreso de Estados Unidos (EEUU).
«Gracias a la Faja Petrolífera del Orinoco, Venezuela posee la mayor reserva de hidrocarburos del mundo. Esta Faja es importante para Venezuela, pero también lo es para toda la región», dijo el funcionario en un diálogo realizado este martes con asistentes de seguridad energética del Congreso estadounidense.
La exposición contó, además, con la presencia del representante demócrata William Delahunt, diputado por Massachussets y miembro del Comité de Relaciones Internacionales de la Cámara Baja.
En su calidad de representante venezolano, el ministro Fadi Kabboul brindó esta información con la intención de calmar las preocupaciones en materia energética por parte de Estados Unidos.
Con una ponencia que se denominó Venezuela: Seguridad energética para el futuro, el Ministro Kabboul quiso develar los mitos reproducidos por negativos rumores sobre el panorama petrolero venezolano y exponer, a través de cifras y datos concretos, las potencialidades del crudo venezolano para todo el Continente.
En la ponencia explicó la importancia que tiene el país en materia de abastecimiento energético para el hemisferio y las garantías de producción futura contenidas, particularmente, en la Faja Petrolífera del Orinoco, la mayor reserva del mundo en tierra firme.
Cifras de la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) indican que la nación suramericana posee en la actualidad 80.5 billones de barriles de petróleo en reservas probadas.
Mientras que en un espacio de 55.314 Km2, «la faja petrolífera del Orinoco contiene 1.33 trillones de barriles de petróleo en reservas, de los cuáles se pueden extraer con la tecnología actual, alrededor de 235 billones de barriles», dijo Kabboul.
Explicó que lo que produce el país en el presente, proveniente de esta faja, es menos de un 5% de su capacidad real.
Añadió que la industria petrolera en Venezuela está prestando especial cuidado para que la explotación y las negociaciones relativas a esta importante reserva se ejecuten previa certificación y de acuerdo a las leyes venezolanas.
Según el ministro consejero, el derecho soberano que está ejerciendo Venezuela ahora sobre sus recursos naturales es lo que realmente ha ocasionado tensión y hostilidad en las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y Venezuela.
Kabboul enfatizó que con la nueva legislación (Ley de Hidrocarburos, vigente desde el año 2001), se reconoce la importancia del rol que juega la inversión extranjera en Venezuela, pero también establece lineamientos justos a través de parámetros, términos y condiciones que benefician principalmente al país, de acuerdo con el plan de la nación pautado por el gobierno.
En el caso específico de la Faja del Orinoco se adaptó la ley a la realidad de esta nueva visión política energética en Venezuela.
El ministro citó el ejemplo sobre el incremento en los porcentajes del royalty sobre la explotación de petróleo en la Faja.
«Ahora las empresas extranjeras que invierten o que desean invertir en Venezuela poseen un marco legal claro», agregó Kabboul.
La semana pasada, el ex presidente de Pdvsa y ahora asesor en materia de hidrocarburos de la administración de George W. Bush, Luis Giusti, arremetió contra la industria energética venezolana y desestimó las cifras de producción manejadas por Pdvsa. «Un incremento significativo de la producción venezolana es poco probable», dijo.
Sin embargo, en la misma audiencia a la que asistió Giusti, otro experto y consejero norteamericano en seguridad energética, David Goldwyn, señaló que muchos de los que habían sido sólidos y duraderos diálogos bilaterales y multilaterales entre Estados Unidos y el hemisferio, ahora no estaban funcionando.
Goldwyn recomendó a Estados Unidos impulsar «un nuevo acercamiento diplomático» hacia los países latinoamericanos.
Asimismo, sugirió al gobierno estadounidense revisar los efectos dejados por décadas de pobreza y exclusión en casi todos los países del Sur, al término de un período histórico en el que Washington ha tenido la mayor influencia.
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