Inédito lo que ha sucedido durante las dos últimas semanas en Venezuela; N. Maduro anuncia resultados incoherentes de ingresos por exportación de crudo, PDVSA anuncia que exportara 25 MMPCD hacia colombia a través de un tercero mientras el país está sumergido en escasez de gas, y por último, desde EEUU le imponen a Venezuela un supuesto permiso a las subsidiarias/EPM de Chevron en nuestro país [Estados Unidos otorgó a Chevron una licencia temporal para producir y exportar crudo en Venezuela - Latin Energy Group (lenergygroup.com)], para operar campos y exportar nuestros crudos, no solo pasándole por encima a nuestras instituciones, sino que además, violando flagrantemente nuestra constitución y leyes. Es lo que se plasma en dicho "permiso" y la inexistente reacción de quienes se suponen deben defender nuestros intereses lo que debe indignarnos.
Cifras incoherentes
Maduro se quejó de los resultados de PDVSA para 2022, hablando de "ingresos miserables" de $3,500 millones [Maduro admitió los miserables ingresos de Pdvsa por venta de crudo (lapatilla.com)], por concepto de exportaciones petroleras. Se refería a ingresos totales por exportaciones de crudo y refinados; no a ganancia neta. Por donde se mire, la cifra que menciona no guarda relación con la información reportada públicamente, levantando todo tipo de sospechas a cerca del verdadero trasfondo de dicha cifra. El barril criollo promediaba hasta Octubre’2022 unos $79.6, mientras que el volumen de exportación alrededor de 619,000 BPD. Con dichas variables por delante, bajo condiciones de operación normal de PDVSA, el nivel de ingresos por exportaciones debería rondar los $18,000 millones en cifras brutas, con ganancia neta que podrían ubicarse entre un máximo de $1,700 y un mínimo de $550 millones. Pero las operaciones actuales en PDVSA no son normales, ya que en la actualidad recicla crudo y productos importados; y hasta contaminantes incluso, hacia ciertos destinos de exportación.
Importar es mejor que producir
El precio del barril (WTI) se ha desplomado hasta $87.3 en 10’2022, luego de haber pasado de $71.4 en 12’2021 a $114.8 en 06’2022. El diferencial entre nuestra segregación y el marcador WTI se ha expandido nuevamente a partir de Agosto hasta -$15.7, luego de haber llegado -$10.4 el mes anterior, cediendo desde -$22.6 en 06’2022.
El barril ha cedido hasta $73 en la actualidad; sin embargo, los mercados predicen un rango estabilizado en el entorno de $77 a $82 pb. A dicho nivel de precios PDVSA podría estar impedida de importar los crecientes volúmenes de crudos y derivados que ha venido importando, tanto para poder producir, como para medio suplir combustibles al país, sin incurrir en perdidas o caer en ganancia marginal. Graves implicaciones para la ya débil economía del nuestro país, con severa inflación y devaluación en puerta. Para lo que resta del año e incluso hasta finales de Q1’2023, no se espera un rebote sustancial del barril.
La producción criolla OPEP secundario ha cedido desde Junio, mientras que la producción según fuentes directas; la que incluye reciclaje de diluyente y crudos fuera de especificación, se ha debilitado desde Diciembre’2021.
PDVSA cayó en la total dependencia de tecnología, crudos y derivados importados. PDVSA es incapaz de garantizar exportaciones, porque el volumen de producción es errático y a menudo fuera de especificación. PDVSA requiere alrededor de 36% de dilución fraccional para producir crudos de la FPO. Mientras la fracción de diluyente importado ha ido en aumento, la fracción propia ha cedido.
Las importaciones superaron los 80,000 BPD en 2012, desde menos de 15 MBD previo a la llegada de Ramírez en 2005. A partir de la llegada de Quevedo estas sobrepasaron 180,000 BPD. Con Asdrúbal y Tareck han llegado a superar los 240,000 BPD (de manera discontinua), al importar no solo condensados, sino crudos pesados, gasolinas y diésel. La flexibilidad operativa de PDVSA en la actualidad está seriamente comprometida. Como fracción de la producción jamás en nuestra industria petrolera; a excepción del sabotaje terrorista de 2002, se ha importado tanto como durante la gestión de A. Chávez y T. Aissami, donde las mismas han llegado a superar el 34% de la producción nacional. A partir de la instalación de la comisión presidencial en Febrero’2020 las importaciones se han multiplicado, mientras la producción propia no solo se continúa desplomando, sino que se encarece cada barril producido. Menor producción, mayor gasto y mayor ineficiencia; ¿qué empresa sobrevive así?
En un país con una capacidad de refinación instalada de 1,302,000 BPD, con 279,000 millones de barriles (MMBbls) de reservas de pesados/extrapesados y sobre 26,000 MMbls de reservas de condensados, livianos y medianos, PDVSA-Venezuela importa crudos condensados, pesados y gasolinas, desde una nación extranjera.
¿Dónde están los reales?
PDVSA no posee flujo de caja [Einstein Millán Arcia: «Tareck y Asdrúbal ponen a perder dinero a PDVSA» – REPORTE DE LA ECONOMÍA (reportedelaeconomia.com)], para hacer frente al pago en divisas de dichas importaciones, por lo que se ve obligada a pagar en especie con crudo de la FPO, entregándolo a grandes descuentos, a menudo a clientes desconocidos, muchos de los cuales no han honrado sus compromisos de pago.
Por cada barril importado, nuestro país se ve obligado a pagar; aparte del volumen efectivamente recibido, un diferencial entre el precio de realización de su crudo y el precio del barril entregado, además del costo de transporte por ser una entrega CIF versus una FOB. En función de la calidad, alrededor de un 60% a 65% de volumen adicional debe ser entregado aparte del volumen recibido. Por cada 100 barriles que Venezuela recibe desde Irán, PDVSA entrega al menos 160 barriles de pesados.
Para poder entender de donde salen los $3,500 millones mencionados por Maduro, es necesario conocer el volumen residual de exportación; es decir, el volumen propio, menos el importado iraní, a partir de datos de la OPEP y data de posicionamiento GIS/AIS. Bajo dicha premisa, para el caso más pesimista PDVSA debió haber recibido en caja hasta el cierre de Octubre al menos entre $12,500 y $12,700 millones, comparado contra el derivado inicial (sin descontar) de $18,000 millones. Muy lejos de los $3,500 millones.
Al evaluar la sensibilidad tanto en precio como en volumen residual, para satisfacer la cifra de $3,500 millones, aparte del volumen residual, el precio efectivo de exportación promedio debería ubicarse por debajo de $34 por barril. Estos cálculos descuentan los envíos a Europa efectuados durante los meses de Junio/Julio.
Llama poderosamente la atención ya que implica un hueco considerable entre el valor de mercado y el precio de venta de nuestros crudos. Un precio que solo podría cubrir los costos de producción si se sacrifican desde el campo, acciones y procesos, o alternativamente, si PDVSA registra una enorme deuda por cobrar cercana a $9,000 millones, tomando como base el volumen residual (propio-importaciones). Las cuentas por cobrar se registran normalmente como activo, más no como ingresos, de allí la diferencia.
Dado que los escenarios de sensibilidad son en realidad múltiples, la explicación podría ser una combinación de los siguientes casos; que PDVSA:
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haya entregado crudo/productos a "clientes" sin solvencia, en cuyo caso del ministro para abajo deben responder ante la ley.
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al no tener suficiente capacidad para tratar, ni mejorar sus crudos, lo vende; en su mayoría sin tratar, ni mejorar, a grandes descuentos.
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reporta como exportación el volumen entregado en pago por las importaciones y además reporta los crudos importados como producción propia.
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probablemente esté triangulando producción quizá para su venta o procesamiento fuera del país y de nuestra economía.
Bonus: Gas para colombia, escasez para Venezuela
PDVSA informa que enviará 25 MMPCD hacia colombia, aun con el grave problema de escasez gas doméstico y vehicular que atraviesa Venezuela. Colombia a través del presidente de ecopetrol critica la decisión del gobierno (o falta de este) Venezolano, aludiendo correctamente, que los envíos desde nuestro país no serán confiables y que ellos deben asegurar su propia soberanía energética, cosa que el madurismo no hace con Venezuela.
Habíamos advertido que Venezuela no está en condiciones de garantizar estabilidad en los envíos de gas sin sacrificar el suministro interno y castigar al Venezolano [PDVSA; impedida de enviar gas a colombia a menos que se lo arrebate al humilde - Por: Einstein Millán Arcia @EinsteinMillan (aporrea.org)]. Venezuela apenas produce (hoy) cerca de 2,300 a 2,500 MMPCD de forma errática, asociada a una cada vez más incipiente producción de crudo. Incluso la producción de Perla, es asociada, al provenir de yacimientos de condensado retrogrado.
Relativo a 2008, el país presenta un déficit que supera 3,000 MMPCD mientras quema y ventea 1,500 MMPCD. El déficit se enmascara porque la actividad industrial y termo eléctrica ha desaparecido. La industria es incapaz de satisfacer la necesidad interna de gas doméstico-GLP [Gas doméstico en Venezuela: el servicio ha empeorado un 39.4% (eldiario.com)].
PDVSA anuncia que "prodata energy" [https://prodata-energy.com/nosotros/], una empresa sin trayectoria, ya que hasta 2020 estaba dedicada a servicios de guaya en el campo, manejará los envíos del gas de PDVSA, a través del gasoducto de PDVSA.
La empresa en cuestión estará manejando por 30 paños la operación. Ya que no se cuenta con información de los términos del contrato de exportación, suponemos que el precio que pagarían a Venezuela por su gas estaría cercano al Henry Hub GOM, en cuyo caso la empresa manejaría (hoy) sobre $175,000 día [Einstein Millan Arcia on Twitter: "Esos 25 MMPCD, serán al costo del sacrificio de hogares humildes y de la destrucción de los yacimientos maduros de occidente. Lea; https://t.co/TVCfnf2WCX" / Twitter] una vez arranque la actividad en Q1’2023; unos $5,250,000 cada mes. ¿Porqué PDVSA necesita de un tercero para manejar un simple envío de gas a través de su propio gasoducto?