En el planeta hay alrededor de cien países extrayendo petróleo. De estos unos setenta y cinco están fuera de las dos principales organizaciones mundiales, OPEP y OPEP-PLUS es decir, actúan de manera independiente.
La acostumbrada estrategia al desestabilizar los precios del tonel petrolero es asumida como orden hacia los principales países productores quienes se han presentado desafiantes tras impactar el descalabrado agotamiento en los precios del crudo.
Los más emblemáticos se encuentran en la triangulación generada entre Canadá, Estados Unidos de Norteamérica y la recién llegada Guyana. Juntos se han propuesto afectar el mercado mundial bajo secretos en su sobreproducción. Con esto pretenden seguir actuando para impactar a sus anchas impactando el prolongado negocio petrolero global.
Sus acuerdos han incluido objetivos reservados los cuales van conquistando espacios geográficos para repuntar el mercado geopolítico mundial del petróleo. Esto ya trae consecuencias en los suministros para refinerías impactando con esto lo que nunca nadie pudo imaginarse.
Ese espacio inimaginable está en la destrucción del mercado geopolítico global de las energías. Los países productores han sido atacados, intervenidos, les han aplicado golpes de Estado, sanciones y congelamiento para posteriores robos de sus activos. Ejemplo de ello es CITGO: el robo del siglo.
Los daños causados cuyo origen está en el Departamento del Tesoro quien roba y después da como es el caso de Guyana nos predice espacios futuros muy inestables. El chantaje de sus precios, suministros, mercados y materias primas hoy como nunca antes están en el dominio de estos países invasores.
Cuentos de competencias más caducidad de materias primas han enseñado que los suministros de hidrocarburos y otras energías han alcanzado escenarios demoledores. Hay una fatiga inducida en contra de estos mercados y de desestabilizar sus marcadores y organizaciones.
Hasta más pronto…
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24 junio 2024