La política de colaboración que practica la Revolución Bolivariana con los países del Caribe y de Sudamérica está inscrita en nuestra herencia libertaria, por una parte; y por la otra, en la política petrolera herencia del venezolano más eminente del siglo XX, el doctor Juan Pablo Pérez Alfonso, fundador de la OPEP. ¿Es posible concebir la bonanza petrolera de la Venezuela actual sin la OPEP? ¿Es posible defender el precio del barril de petróleo sin la OPEP? De esto nunca se habla.
Enfoquemos el primer aspecto. Cuando Bolívar en 1819 decide el paso de Los Andes para invadir a la Nueva Granada y liberarla en la batalla de Boyacá, lo hizo entre otras razones movido por la precariedad económica en que se encontraba la revolución luego de diez años de guerra. La economía de Venezuela estaba en ruinas. Los campos abandonados. La mano de obra esclava había engrosado las filas de uno u otro bando. Con la liberación de la Nueva Granada, cuya economía no había sufrido en la misma medida las vicisitudes de la guerra, se solucionó la precariedad del ejército patriota e hizo posible la campaña que culminó en Carabobo y aportó hombres y dinero a la Campaña del Sur que dio la independencia a Ecuador, Perú y Bolivia en las batallas de Pichincha, Junín y Ayacucho: “la argent c´est la guerre”, había dicho Napoleón. Sin Boyacá son inconcebibles estas campañas.
Nunca a nadie se le ha ocurrido reprocharle a Bolívar haber llevado a los venezolanos a morir en tierras lejanas. De igual manera, nunca a nadie se le ha ocurrido reprocharle a San Martín haber llevado a los argentinos a Chile y luego al Perú. Es así como los dos libertadores dejan como patrimonio histórico la integración y colaboración entre nuestros pueblos. En honor a esa herencia, de nuevo Venezuela, no ya con la sangre de sus hijos, sino, con la sangre negra del subsuelo, sale a regar y fertilizar los campos de nuestra América. Es la nueva gesta para la independencia económica. ¿Cuál es la diferencia entre la gesta independentista llena de gravedad y riesgos y la bondad integradora actual de nuestro petróleo? ¿Por qué se condena ésta y se aplaude aquella?
Enfoquemos el segundo aspecto. Lo que se “riega con petróleo se seca”, decía el doctor Pérez Alfonso en referencia a la economía nacional. La abundancia de divisas mata cualquier economía. Para salvaguardarla, lo recomendable es “retardar el ingreso de esas divisas al torrente monetario y dosificar la producción de manera parecida a como se saca dinero de una alcancía y no es retornable”. Vender petróleo pagadero a 25 años: (1) demora el ingreso de las divisas; (2) Deja a las generaciones futuras el cobro de esas deudas; (3) Contribuye a la unidad y da garantía en el suministro de energía a los países hermanos del Caribe, Centro y Sudamérica. Estas políticas, igual que la gesta independentista, son las que ennoblecen nuestro gentilicio.¿Por qué a la oposición le duele tanto el proyecto de Petrocaribe y de Petrosur, pero nunca les dolió renunciar a la soberanía ni enviar todo el petróleo a USA, durante casi cien años, a dólar o a siete dólares el barril y subsidiado?
!Qué mezquindad! ¡Qué miseria moral! ¡Qué falta de solidaridad!
leonmoraria@cantv.net
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