No encuentro por ningún lado, ni siquiera de manera implícita, ninguna medida o plan para atacar un grave problema de vieja data de las empresas de electricidad. Se trata del consumo clandestino de la electricidad o fraude eléctrico, también llamadas pérdidas no técnicas o pérdidas negras las cuales oscilan entre el 20% y el 50% de la energia entregada a los consumidores dependiendo de la región del país. Las máximas registradas históricamente, aunque no plenamente identificadas, están localizadas en el Esatdo Zulia, especialmente en la costa oriental del Lago de Maracaibo.

Esto obviamente, si no es atacado con contundencia pudiera dar al traste con cualquier medida para ahorrar la electricidad, ya que ese consumo no puede ser facturado por no ser detectado por los medidores de la energía eléctrica. Quienes cometen este tipo de fraude son inmunes a cualquier medida anticrisis mientras no sean descubiertos, y esto último no es nada fácil, ya que en los últimos 30 años el problema ha persistido sin dársele una solución definitiva. Los motivos son muchos, sin embargo el mas claro es que ninguna autoridad de las empresas eléctricas ha estado nunca interesada en atacar este grave problema, ¿por qué?, aquí es menester que cada quien saque sus propias conclusiones.

Es fundamental señalar que, dada la magnitud de estas pérdidas negras de electricidad, se ha podido determinar que las mismas están ubicadas en el grupo de grandes consumidores industriales, comerciales y residenciales. Con respecto a estos últimos, un 20% de estos suscriptores consumen menos de 300 KWH y solo un 2% de estas sustracciones clandestinas corresponden al sector residencial de bajo consumo, por lo que un plan de esta naturaleza debe estar dirigido a un grupo muy reducido de establecimientos y no a los estratos populares de la población.

La mayor parte de las pérdidas negras son provocadas por consumos no previstos en los respectivos contratos de servicio mediante conexiones clandestinas o consumos indebidos no conocidos por la empresa eléctrica, los cuales disminuyen sustancialmente la efectividad de la campaña de ahorro de electricidad que esta llevando a cabo el Gobierno Bolivariano.

En suma, con la reducción de las pérdidas negras se logra evitar el despilfarro o derroche de la electricidad, con la consecuente disminución del consumo de la misma así como del aumento los ingresos de la empresa eléctrica.

Las mismas ocurren muy resumidamente por las siguientes causas:

q Violación de los equipos de medición por vulnerabilidad de los mismos, como conexiones efectuadas de manera dolosa o apertura de conexiones.

q Acometidas fraudulentas ubicadas “antes” del medidor de energía.

q Suscriptores directos debido a un exagerado tiempo en la elaboración del contrato de servicio, por déficit de inventario del equipo de medición y por dificultades en la regularización del servicio.



Los elevados niveles de pérdidas de energía eléctrica inducen a la implantación urgente de un sistema de Gestión de Auditoría y Recuperación de Energía, gerenciado con profesionales comprometidos con la revolución, con la suficiente autoridad y competencia, además de los recursos para llevar a cabo las acciones necesarias. Debe contar con el apoyo técnico de personal especializado, responsable de la recuperación, con experiencia y manejo de campo en auditoria y supervisión. Es necesario también contar con equipos capaces de detectar los fraudes, prevenirlos y subsanarlos.

Algunas acciones inmediatas que podrían llevarse a cabo se resumen a continuación:

1.- Llevar a cabo operativos que permitan lograr el control de la energía entregada a cada sector industrial, comercial, o residencial de alto consumo, a fin de ubicar las zonas con mayor índice de pérdidas y aplicar allí los correctivos aceleradamente.

2.- El control de la energía entregada por sector se logra al establecer en la factura correspondiente un código que asocie al suscriptor con el sector de baja tensión, el alimentador troncal de alta tensión y la subestación de distribución.

(*) Ingeniero Eléctrico. USB, Enero 1976. Ex-trabajador de CADAFE.

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