Tal y como se menciona en el articulo sobre el plan de optimización energética propuesto desde el estado Zulia por un conjunto de profesionales de PDVSA y La Universidad del Zulia (http://www.aporrea.org/energia/a94716.html), el potencial energético nacional es inmensamente superior a lo que la mayoría de la población puede imaginar. A un país como Venezuela cuesta quebrarlo y, para bien o para mal, tiene la libertad de cometer errores y siempre poder recuperarse. Pero dentro de un proceso de transformación socialista los recursos en hidrocarburos deben ser la palanca principal para la transformación del modelo energético y a través de esta propuesta ese proyecto es posible.
La potencia energética de la que habla constantemente el presidente Chávez solo se puede alcanzar utilizando los recursos petroleros eficiente y oportunamente. La mucha desplanificación dentro de la industria petrolera ha querido justificarse pretendiendo que no es prioritario el aumento en la producción de petróleo, y poniendo eso en contraposición a los precios. La realidad es que el petróleo debemos sacarlo rápida y eficazmente, con medidas amplias que generen un valor industrial y tecnológico nacional. La extracción y explotación eficaz del petróleo debe ir acompañada de una planificación para la transformación del modelo, y esto es posible con este plan que se ha propuesto.
Venezuela es un país petrolero, pero que no está poblado por mediocres ni tontos, que no está dirigido por monarquías y que más allá de todo se enrumba hacia una democracia real y participativa. Por lo tanto, no podemos pensar que nuestro modelo socialista pueda o deba basarse en el petróleo. Como país democrático y moderno, debemos utilizar nuestras riquezas para transformar el modelo hacia uno basado en energías limpias, renovables y que nos permitan un desarrollo armónico con el medio ambiente. Aunque parezca contradictorio, para lograr eso debemos elevar al máximo la producción petrolera y suplir aceleradamente la demanda eléctrica con fuentes energéticas perdurables a largo plazo, plantas de gas, hidroeléctricas y renovables tanto eólica como solar.
El socialismo en Venezuela debe cambiar el modelo energético haciendo del petróleo la palanca para el impulso de las energías renovables. Venezuela como bandera de la transformación del modelo económico debe mudarse del país petrolero al país potencia en energías limpias y armónicas con el medio ambiente. Eso si sería una medida real y contundente que demuestre una vocación de transformación del modelo económico.
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