Los temores: esos grillos mentales que nos ponen para que aceptemos lo que nos imponen y temblemos anta la idea de cambiar lo existente. Es el método de dominación más antiguo de la humanidad. El mayor de esos grillos ideológicos, que se disfrazó de bondad siendo en realidad toda maldad, es la religión. Con su imposición se buscó dar explicación extraterrenal a todos los fenómenos físicos y naturales no entendidos por la mente humana en su momento, pero que podía ser utilizado para imponer temores y miedos con los cuales se controlaría la conducta de los creyentes, a fin de extraerles beneficios que serian acumulados por un grupo de delincuentes intelectuales y manipuladores que acabarían en constituir una elite de dominación perenne.
Esa elite comprendió muy temprano que para poder sostener su orden, era necesario mantener la división entre las personas desde todo punto de vista. De esa manera magnificaron detalles como el color de la piel, los rasgos fisonómicos, la estatura, el idioma, el origen y hasta las creencias primarias para usarlas como instrumento de separación entre las personas. Esa misma separación artificial y conveniente fue la que dio origen al bien y al mal. Como bien se catalogó todo lo que favoreciera a los intereses de esas elites, como malo, aquello que fuese contraproducente a los dictadores de la fe y el acaparamiento material. Una vez impuestas esas barreras de separación artificial, pero vendidas como naturales, las coas estaban dispuestas a la necesidad de quienes se valdrían de ellas para imponer sus temores, falsos valores y éticas desfasadas de la realidad misma, en otras palabas se moldeó la conducta de las personas para que vistieran, durmieran, comieran, pensaran, amaran, odiaran, caminaran y se trataran. De acuerdo a como unos seres superiores y supuestamente ungidos por un dios todopoderoso (por supuesto inventado por las elites dominantes) les indicaron que deberían hacerlo.
Dentro de esas prohibiciones dispuestas por obra y gracia de los egoístas intereses elitescos y dispuesta por esa divinidad inventada oportunamente, está la solidaridad, el respeto, la autovaloración de si mismo y de los demás, el desprendimiento solidario y la vida en comunidad. Todos eso valores naturales fueron diluidos en el egoísmo, la ambición, el desprecio al prójimo, el individualismo, el complejo de superioridad, la competencia desleal el anhelo de ganar siempre, a costa de la humillación de los demás.
Como en todo clan, las apetencias no siempre son tan pacientes como para esperar el momento en el cual a cada cual le llegue su oportunidad de ser el poseedor del poder mayor, las divisiones y los enfrentamientos no tardaron en aparecer otras religiones, otras formas de organización que pretendieron ser hegemónicas y al final la guerra declarada y abierta entre las facciones con aspiraciones a ejercer el poder total. Para poder aplicar toda esa aberración era entonces necesario eliminar la libertad, la igualdad, el respeto, la solidaridad y la hermandad, en otras palabras matar al comunismo es decir: comunidad, colaboración, apoyo, convivencia pacifica. Convertirlo en algo malo por acción de la propaganda y el egoísmo. Diluirlo en un mar de confusiones de términos que al final se convirtieran en una telaraña imposible de desenredar, gracias al miedo sembrado por el lógico razonar, manteniendo a las personas en unas cárceles mentales con barrotes de temor a lo desconocido y a la inversión de lo malo en bueno y de lo bueno en malo. Sus conveniencias, sus conveniencias. Quienes se deslastren de esas condenas inmorales, deben saber que tienen una sentencia de muerte sobre si. Así trabaja la religión, el capitalismo, el sionismo, el avaro, el asesino, el criminal, el yanqui, el imperialismo de siempre. Usando y rehusando las mismas practicas de terrorismo material, sicológico y moral. El comunismo no es lo malo. Lo malo, es su opuesto, ¿o es que acaso la humanidad no está llamada por naturaleza a vivir en paz y hermandad? Ya tenemos bastantes experiencias y pruebas de lo que representa el anticomunismo. La historia nos lo relata a cada rato: la inquisición, el colonialismo o invasión europea a la América, el exterminio de los aborígenes americanos, el neo imperialismo Sion yanqui, el destierro esclavista de los africanos; por solo poner los mas recientes ejemplos de anticomunismo. Lo único que tenemos que hacer es leer la historia tal como es y no como la cuentan los creadores de cárceles mentales escapen de su encierro y vuelen hacia la libertad del comunismo humanista
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